COMPENDIO HISTORICO



NOTA:  Al leer encontrarás información de mucho valor histórico vinculada al Cantón Paján.


COMPENDIO DE DATOS HISTÓRICOS QUE GUARDAN RELACIÓN CON LA HISTORIA DEL CANTÓN PAJÁN


Extracto.
De la propuesta del Caballero Diputado de la Provincia de Guayaquil
 Don Pedro de Alcántara Bruno.
Hecha en 23 de Febrero de 1814
Consiguiente á la constitución de la monarquía incluyendo el
que se titulen villas las cinco que en él se señalan

Provincia de Guayaquil

El terreno de la mayor parte de la provincia es bajo, se aniega con las aguas del invierno y sólo aparecen entonces algunos sitios altos y lomas donde se mantienen en esta estación los ganados. Cuando se retiran las aguas están uno y otros parajes pantanosos por algún tiempo; y hasta que se secan tampoco hay facilidad de transitarlos. Por esto es más necesario que en otro cualquier territorio de este reino establecer los partidos, de suerte que los pueblos queden con la menor incomodidad posible en las distancias para el auxilio de la justicia. El censo adjunto que se practicó en el año de 1805 ascendió en su totalidad a 61.302 habitantes, pero según la exposición y conocimientos posteriores del señor Brigadier don Bartolomé Cucalón, gobernador que fue de Guayaquil, hasta que dejó el mando de aquella provincia en septiembre de 1810, y lo que a mí también me parece, tuvo de aumento más de una quinta parte, de modo que cuando menos importa el censo de la gobernación 73.562 habitantes.

Comprensión del primer partido: Ciudad de Guayaquil.- Capital, con cuatro Escribanos.- Máchala.- Pasaje.- Naranjal.- Puna.- Balao.- Chongón.- Sabana Grande.-Samborondón.- Yaguache.- Milagro.- Ñausa.- Taura.
Este primer partido abrazará las seis Tenencias de Guayaquil, Máchala, Naranjal, Puna, Samborondón y Yaguache; agregándole a la primera los dos pequeños pueblos de Chongón y Sabana Grande, de la Tenencia de Santa Elena, por estar inmediatos a Guayaquil.
Comprensión del segundo partido: Villa de la Purísima Concepción de Santa María: Baba, Capital con un Escribano.- Juana de Oro.- Pueblo Viejo.
Villa de San Femando: Babahoyo, con un Escribano.- Caracol.- Pimocha.
Villa de San Pedro Alcántara de Palenque.- Nuevo San Lorenzo.- Viejo San Lorenzo.- Balzar.
Villa de San Nicolás de Daule, con un Escribano.- Santa Lucía.
Este segundo partido abraza las seis Tenencias actuales de Baba, Pueblo Viejo, Babahoyo, Palenque, Balzar y Daule, con todos los pueblos de su comprensión.
Comprensión del tercer partido: Villa de San Juan de Jipijapa.- Capital con un Escribano.- Canoa.- Chone.- Tosagua.- Puerto Viejo.- Pichota.- Charapotó.- Monte Cristi - Paján.- Punta de Santa Elena.- Colonche.- Chay.- Morro.
Este partido abraza las tres actuales Tenencias de Puerto Viejo, Canoa y Santa Elena; excepción de los pequeños pueblos de Chongón y Sabana Grande, de la Tenencia de Santa Elena, que se agregan a Guayaquil por la inmediación como se dijo en el primer partido.
Si se coteja el censo número 156 con este extracto, se nota que allí hay cinco pueblos más que en este, de modo que aquel comprende en el partido de Babahoyo los pueblos de Sabaneta, Santa Rita, Ojiva y Pijuyo; en el de Pueblo Viejo, el Puerto de Callo y Picoazá; y en el de Canoa, el pueblo de Mosca, cuyos siete pueblos no se nombran aquí; y este extracta dos, con el nombre de Sabana Grande en el primer partido, y con el de Viejo San Lorenzo en el segundo que no menciona aquel censo.
Dice también este extracto, que aquel ascendió en su totalidad a 61.302 habitantes y allí enumeran 62.212, sin que se sepa la causa de estas diferencias, pero como el caballero Diputado tuvo presente aquel censo y la exposición del señor don Bartolomé Cucalón, se debe estar al número de pueblos y habitantes que expresa su propuesta.

Durante la administración de Vasco y Pascual, en 1816, ocurrió en Guayaquil un acontecimiento que ha dado bastante que hacer a los historiadores para descubrir la verdad histórica en medio de las contradicciones en que incurrieron los historiadores importantes de la época.
Se trata de la expedición del Comodoro Guillermo Brown a Guayaquil, quien se presentó con varios barcos de guerra en las aguas del Golfo, con el evidente propósito de invadir a Guayaquil, después de haber sostenido un recio combate en el puerto del Callao.
Según se ha podido aclarar después, y hay guayaquileños notables que así lo atestiguan, este célebre marino irlandés había prestado grandes servicios a la causa de la independencia representada por la Junta de Buenos Aires. Bajo los auspicios de aquella corporación dicen que vino a fortalecer el ánimo de los pueblos que anhelaban su libertad en las costas del Pacífico y a contribuir generosamente a su campaña; pero su expedición fue considerada como pirática por las autoridades españolas y este concepto se hizo general.
Parece que don José Villamil no conoció en un principio las intenciones de Brown y fue quien le hizo retardar la entrada a Guayaquil dando la voz de alarma a las autoridades y reteniendo a la flotilla, por medio de hábiles maniobras, cuando la encontró en nuestras aguas, mientras él navegaba en su goleta "Alcance" con dirección al Callao.
Son muy interesantes las páginas que dedica a este episodio el que fue después General Villamil, prócer de la independencia e historiador de la Campaña del 9 de Octubre de 1820, en sus célebres memorias que constituyen el libro de oro para los guayaquileños.

La ciudad se preparaba para resistir a Brown, advertida por Villamil.
El gobernador, Brigadier don Juan Vasco Pascual -dice Villamil- antiguo amigo mío, dio entero crédito al parte que le di: cuarenta hombres del Real de Lima era toda la fuerza veterana que se 'podía oponer al atacante; pero a las dos horas el Batallón Milicias de Guayaquil estaba formado a las órdenes de sus dignos jefes el Crnel. don Jacinto Bejarano y Tnte. Crnel. don José Carbo; y a estos dos valientes jefes que despreciaron a tiro de pistola, la metralla de 9 cañonazos de a 18, se debe a la victoria que se obtuvo al día siguiente a las once.
"El tiempo que el atacante había perdido en Punta de Piedra, (mediante la estrategia de Villamil) le faltó para efectuar la sorpresa meditada: como á las once, una marea casi llena se presentó, pero ya era tarde."
"Dos cañones situados á una milla de la ciudad, al mando de don Juan Ferrusola, antiguo oficial de marina, ahora empleado civil, principiaron el combate. "Póngame usted, dijo Brown, al práctico que había sacado de Puna, á tiro de pistola de esa batería".- Señor, dijo el práctico, la marea está al vaciar: la ventolina es del Norte, y si el buque falta á virar irá á la costa.- Obedezca usted, dijo Brown, si ama usted su vida. Vivo fuego de artillería por una y otra parte. El antiguo amigo de mi padre, Ferrusola, sostuvo bien la reputación que se había hecho en Nueva Orleans al mando de la hermosa goleta "Cocodrilo", que hacía anualmente los viajes al alto Misisipí en comisiones del Gobierno.


FUENTE CONSULTADA: Historia Documentada de la Prov. del Guayas. José Antonio Campos  Maigón. 1.931. Revisada y corregida por Arq. Melvin Hoyos Galarza. Director de Biblioteca Municipal Guayaquil. 1999.  TOMO II. Pág. 199 a 201.


HISTORIA DOCUMENTADA DE LA PROVINCIA DEL GUAYAS. JOSÉ ANTONIO CAMPOS MAIGON. -TOMO # 3

PRÓLOGO
Los dos primeros tomos de esta obra se concretan a referir el desarrollo progresivo de Guayaquil, desde su fundación hasta los últimos días de la dominación española, siguiendo paso a paso las relaciones de los cronistas, dispersas en numerosas obras,  muchas  de las cuales son hoy de rara adquisición,  y  a explorar las  Actas del cabildo  Guayaquileño contenidas en más de treinta volúmenes, salvados de los incendios y de las injurias del tiempo; pero no sin grandes vacíos en cuanto se refiere al siglo décimo sexto, a causa de los repetidos desastres sufridos por la ciudad en la primera época de su existencia colonial.
Referida pues, la historia de Guayaquil, después de haber acudido a todas las
fuentes de que me ha sido posible disponer, y profusamente ilustrada con cita de todos
los autores que se han ocupado especial o inciden talmente de esta provincia, a la vez que
autorizada por multitud de documentos oficiales, en su mayor parte inéditos, he proseguido
mi trabajo en relación con los demás pueblos que formaban parte del Corregimiento de
Guayaquil y después del Gobierno Mayor en casi toda la extensión de lo que hoy es el
litoral ecuatoriano, comprendiendo las provincias de Manabí, el Guayas, Los Ríos y El
Oro.
El trabajo en esta parte es mucho más difícil en cuanto a las fuentes de información, por tratarse de poblaciones incipientes, acerca de las cuales no abundan referencias antiguas y precisas y son raras las que tienen historia propia como Portoviejo, Santa Elena, Puna, etc., aún cuando la tradición fabulosa se mezcla muchas veces al origen verdadero de los acontecimientos y ha suscitado curiosas discusiones entre los escritores coloniales a merced de la credulidad de aquellos tiempos.
En la época más cercana a la vida moderna no han faltado intelectuales laboriosos que se han dedicado a recopilar datos sobre las regiones de su particular conocimiento, ya por ser oriundos de ellas, ya por circunstancias especiales, y se ha venido formando una colección de Monografías que dicen mucho en lo moderno, aunque escasas en información antigua, pero, con todo, de preciosa utilidad para el historiador. Todo lo que se ha escrito en esta forma lo he recogido y consultado, con tanta mayor atención cuanto que dichos trabajos, que suponen un esfuerzo digno de alabanza, sólo han circulado en ediciones cortas, ocasionales, distanciadas y son desconocidas o están olvidadas por la generalidad.
Con estos materiales, cuidadosamente ordenados; con las relaciones antiguas de los cronistas y algunos documentos de los archivos locales, donde los hay, he ido formando una obra de reconstrucción histórica, respecto a las antiguas dependencias del Gobierno de Guayaquil, que servirá de base para cuando vuelva a encontrarlas en la época de la Independencia y de la República, donde ya la información histórica es abundante y está bien documentada.

Lo que habrá de sorprender a nuestros lectores, en las páginas que siguen, es la intensa vitalidad de estos pueblos, que lograban subsistir y desarrollarse, a pesar de la dureza del régimen, mediante la maravillosa fecundidad de sus tierras de labor; pues en toda la extensión de tan vastas comarcas la producción agrícola era cuantiosa y variada, excediendo con creces a las necesidades de sus habitantes, como en una tierra de promisión.

Si se piensa por un momento, en lo que pudieron ser estos pueblos, desde que una raza inteligente vino a conquistarlos, es posible asegurar que en breve tiempo se habrían levantado prósperas ciudades, ricas y felices; pues aquí estaban reunidos por la acción pródiga de la naturaleza, todos los elementos necesarios para fomentar el progreso material y establecer las bases culturales de la civilización; ya que hasta los naturales recibieron bien al invasor, y su concurso pudo ser muy bien aprovechado en una magna obra de colonización pacífica.
Pero las violencias e inauditas crueldades de los conquistadores; su insaciable sed de oro, que los llevaba hasta los últimos extremos asolando las tribus indígenas y sometiéndolas a infinitas torturas, fue la causa de que se despertara en los aborígenes el odio al invasor y el espíritu de venganza, que costó tanta sangre en los primeros tiempos de la dominación ibérica.
Más adelante, no es posible negar que los soberanos de España trataron de
organizar el régimen administrativo de las colonias, en forma bastante aceptable y aún
pusieron un freno a los gobernantes de esta parte de sus reinos, haciéndoles efectiva la
responsabilidad de su administración por medio de fianzas y residencias; establecieron
los Cabildos, con amplitud de atribuciones; legislaron con acierto en cuanto a lo judicial; pero quedó el gran rebaño de indios sujeto a la miserable condición de siervos o tributarios, de los grandes señores, y, sobre todo, en la parte económica, el sistema de exacción de caudales en beneficio de la metrópoli, cuando apenas empezaban a levantarse estos pueblos, agotados por la conquista; las trabas impuestas al comercio exterior; el desamparo de las colonias en sus calamidades, etc., etc., fueron las causas, decimos, de que en el espacio de cerca de tres siglos, la vida de nuestros pueblos fuera todavía rudimentaria, como se verá en las páginas que siguen, donde se hace duro creer que tan escasa civilización haya sido la obra de trescientos años.

RELACIÓN DE LAS DIVISIONES GEOGRÁFICAS QUE CORRESPONDÍAN AL GOBIERNO DE GUAYAQUIL DESDE LA ÉPOCA COLONIAL HÁSTA LOS PRIMEROS DÍAS DE LA INDEPENDENCIA. (Pág. 3)

GOBIERNO DE GUAYAQUIL

Las cuatro provincias indígenas: Huancavilcas, Mantas, Chongones y Punáes.-Fundaciones españolas.- El Gobierno de Guayaquil erigido en 1763.- Límites, Superficie y Población.- Las primeras Tenencias.- Exclusión del Gobierno de Atacames (hoy Esmeraldas) que pertenecía a Quito.- Proyecto de abrir un camino entre la costa y la sierra.- Don Pedro Maldonado logra realizar esta grande obra.-Apuntes biográficos de ese hombre célebre del Siglo XVIII.- Los catorce Partidos de Guayaquil.- División de la ciudad en parroquias urbanas en varias épocas.-Partidos de Puna, Santa Elena, Naranjal, Samborondón, Yaguachi, Daule, Máchala, Babahoyo, Puebloviejo, Baba, Palenque, Portoviejo y Canoa.- Bibliografía geográfica" de la Provincia del Guayas.-Autores nacionales y extranjeros.
En el territorio que hoy ocupan las provincias del Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro, moraban en la época de la conquista diversas tribus indígenas que constituían cuatro grandes provincias, perfectamente deslindadas: Huancavilcas, Mantas, Chongones y Punáes, siendo la primera la más dilatada.
En esta zona fundaron los españoles tres ciudades y muchas poblaciones, con el: título de Corregimientos del Gobierno de Quito, dividido en siete Tenencias, hasta que Guayaquil fue erigido en Gobierno Mayor en 1763.
La diferencia que había entre Corregimiento y Gobierno, según explica el doctor González Suárez dependía de su mayor o menor extensión. Así los Corregimientos eran provincias de corta extensión en las cuales. No había más que una villa o asiento, y los gobiernos eran más extensos y tenían por capital una ciudad. Además -y esto era muy importante- en los gobiernos había, por lo general, territorios por conquistar y pacificar, mientras que en los Corregimientos los indios habían sido reducidos a la obediencia y a la sumisión de las leyes y de la religión.
El Gobierno de Guayaquil confinaba por el Norte con el de Cara, en la ensenada de Charapotó; seguía por el Occidente, comprendiendo la costa del mar y la isla de Puná hasta Tumbes, colindando por el Norte con el Corregimiento de Piura, y dando la vuelta por el Este seguía por la cordillera Occidental de los Andes, confinando con el Gobierno de Cuenca y los corregimientos de Riobamba y Chimbo, hasta parte del de Tacunga, en esta forma: por la Puna con el Gobierno de Cuenca; por Yaguachi con el Corregimiento de Riobamba y asiento de Alausí; por Babahoyo con Chimbo y Guaranda; por Baba con las serranías; por Máchala con Tumbes y por Santa Elena y Portoviejo con las costas del Océano Pacífico.

La superficie de este extenso territorio era de 53.727 kilómetros cuadrados y la
población, según el censo levantado en 1808 llegaba a 66.156 habitantes, de los cuales
pertenecían a Guayaquil 13.700.
La Gobernación estuvo dividida en siete Tenencias, que eran las siguientes: Portoviejo, Santa Elena, Puna, Yaguachi, Babahoyo, Baba y Daule.
Aun cuando parezca extraño que lo que es hoy Provincia de-Esmeraldas no perteneciera a la Gobernación de Guayaquil, el hecho se explica por el empeño que tenía la Real Audiencia de contar con un puerto más cercano que el de Guayaquil para dar ensanche al comercio y relaciones de los pueblos de la Sierra, de manera que, por esta razón, convenía que el Gobierno de Atacames (tal era el nombre de Esmeraldas) estuviera bajo la dependencia del Gobierno de Quito.
Con este objeto -expone el historiador Cevallos- la Real Audiencia provocó por medio de bandos y circulares, a que se presentasen empresarios para la apertura de un camino desde Quito, ofreciendo en recompensa las obvenciones del Gobierno de Esmeraldas por una o dos generaciones, según lo resolviera el Soberano. Varios fueron los que se encargaron de la empresa, bien que ninguno adelantó cosa de provecho, hasta que después de más de un siglo, se confirió ese Gobierno a don Vicente Maldonado (1741). Maldonado abrió en efecto el camino, y después de seis años de trabajo, y de establecido el régimen de la provincia, partió para Madrid a dar sus informes a la Corte. A su muerte ocurrida en Londres, volvieron a desaparecer el camino y la Provincia, (1)
Varias han sido las modificaciones que ha sufrido la división política de la Provincia hasta los tiempos actuales, pues ya hemos dicho que de la antigua demarcación de Guayaquil se han formado cuatro provincias; pero seguiremos en esta parte de nuestro trabajo la división que existía durante el Coloniaje y al alborear la independencia. Más antes de emprender en la enumeración que luego se verá, juzgamos de interés la. Reproducción de dos breves monografías sobre Guayaquil antiguo.

La Gobernación de Guayaquil comprendía los 14 Partidos que vamos a enumerar a continuación, con sus respectivas parroquias: (Pág.8-9, Tomo III)
Guayaquil, con las parroquias urbanas de Ciudad Vieja, Centro y Astillero,
Puna, con los pueblos de Puna y Balao. (1)
Santa Elena, con Las parroquias de la cabecera, Colonche, Chanduy, Morro y
Chongón. (2)
Naranjal, con la parroquia cabecera y los predios comarcanos.
Samborondón, con la parroquia cabecera y los recintos vecinos.
Yaguachi, con la parroquia cabecera y las de Milagro, Taura y Ñausa., (3)
Daule, comprendiendo la cabecera y las parroquias de Santa Lucía y Balzar. (4)  
Máchala, incluyendo en su jurisdicción la cabecera y la del Pasaje. (5)
Babahoyo, comprendiendo las parroquias de Caracol, Sabaneta, Santa Rita, Ojiva y Pijuyo. (6)
Puebloviejo, con la cabecera y los pueblos de Puebloviejo, Ventas, Ventanillas y Zapota. (7)
Baba, incluyendo las parroquias de Juana de Oro y Pimocha. (8)
Palenque, con la cabecera y el pueblo de San Lorenzo. (9)
Portoviejo, con la ciudad de Portoviejo y las parroquias de Jipijapa, Pichota, Montecristi, Charapotó, Paján, Cayo y Picoazá. (10)
Canoa, con las parroquias de la cabecera, Chone, Tosagua y Misca.

En las páginas que siguen haremos una prolija referencia de los catorce Partidos deja antigua Provincia de Guayaquil, mediante los apuntamientos históricos y geográficos recogidos en las siguientes obras de autores antiguos y modernos, nacionales y extranjeros, que han escrito sobre esta parte de la que hoy es República del Ecuador, procurando ilustrarla con notas explicativas sobre los tiempos presentes:
Francisco López de Gómara.- Relaciones de Indias.
Pedro Cieza de León.- Crónicas del Perú.
Teniente Coronel Juan Antonio Zelaya y Vergara.- Relaciones de la Provincia de Guayaquil. 1765.

(1) Puna y Balao son parroquias rurales del Cantón Guayaquil. (Nota de 1931. A. R. C.)
(2) Morro y Chongón pertenecen en la actualidad al Cantón Guayaquil, tomismo que Naranjal y Samborondón.
(3) Yaguachi fue erigido en Cantón el 17 de Abril de 1884, por ¡a Legislatura, desprendiendo las parroquias de Yaguachi Viejo, Yaguachi Nuevo, Milagro, Naranjito y El Carmen, que pertenecían al Cantón de Guayaquil, para formarlo. Taura es hoy parroquia rural de Guayaquil y el Milagro fue erigido en Cantó» el 17 de Diciembre de 1913 con las parroquias de Milagro, Naranjito, Elizalde y Chobo.
(4) Balzar forma hoy un nuevo Cantón con la cabecera y la parroquia de Colimes, erigido por el Congreso  el 23 de Septiembre de 1903.
(5) Máchala es hoy capital de la Provincia de El Oro, creada por Ley de ¡a Asamblea Nacional en 1884, con los cantones de Máchala, Santa Rosa, Zaruma y Pasaje.
(6) El antiguo Partido de Babahoyo fue convertido en provincia, con el nombre de Los Ríos, por Ley de la Convención Nacional de 1861, con los cantonen de Babahoyo, Baba, Vinces y Puebloviejo. Posteriormente fue creado el Cantón Urdaneta (antigua parroquia de Catarama).
(7) Hoy Cantón de Los Ríos con las parroquias de Puebloviejo, Zapotal, Ventanas y San Juan.
(8) Cantón en ¡a actualidad con las parroquias de Baba, Guare é Isla Bejucal.
(9) Hoy es parroquia del Moderno Cantón Vinces, que incluye además ¡as de Mocache y Quevedo.
(10) Todos estos pueblos constituyen hoy la provincia de Manabí, que tiene por capital Portoviejo y comprende los cantones de Portoviejo, Montecristi, Manta, Jipijapa, Rocafuerte, Santa Ana, Sucre, Chone y Bolívar, dé los  cuales se tratará, en el capitulo respectivo.

La primera llegada de los españoles a la isla Plata aconteció en 1532, y uno de los más antiguos cronistas que describe la isla de Puna, añade lo siguiente: (Pág. 32-33 Tomo III)
"En otra isla pequeña que confina con ésta, la cual llaman de la Plata, tenían en tiempo de sus padres un templo o guaca donde también adoraban á sus dioses y hacían sacrificios y en circuito del templo y junto al adoratorio tenían cantidad de oro y plata, y otras cosas ricas de sus ropas de lana y joyas, las cuales, en diversos tiempos, habían allí ofrecido."
El pirata Eduardo David llegó con su flota a la isla Plata en 1684 y de allí se dirigió a Manta en busca de víveres, donde no encontró provisiones de ninguna clase,  porque los naturales las habían hecho desaparecer para privar de este recurso a los depredadores.
Don Andrés Baleato da los siguientes informes geográficos y astronómicos de la
isla:
"La isla Plata tiene 3 millas de Norte y Sur y 2 de Este a Oeste. Está por latitud Sur 1 grado 14 minutos, y longitud 74 grados 42 minutos. Se descubre desde 8 leguas y se presenta muy diversa á distintos rumbos."
"Esta isla á estas distancias se presenta estéril; pero de cerca se ven, á orillas del mar, verdores de pastos ó de cardones. Por el Norte tiene un surgidero y por el Sur Peñolería inmediata a la isla."
En la actualidad, como arriba dijimos, la isla está completamente abandonada y sólo moran allí los cuidadores de un faro que está colocado en ese lugar para evitar los peligros de la navegación.

Entre las antiguas parroquias del Partido de Santa Elena es digna de especial
mención la de Chongón, por el lejano origen de aquel pueblo indígena que existía antes
de fundación de Guayaquil y fue de los primeros visitados por los españoles en esta
comarca.
Chongón era el centro de una de las cuatro grandes provincias de indios que los españoles encontraron a su llegada a nuestras costas donde moraban los Chongones.
Los conquistadores entraron en ese pueblo en 1534, siendo los primeros los soldados de don Pedro de Alvarado cuando vinieron de Guatemala por tierras que someter a su dominio y de riquezas que acaparar.
Por referencias de los cronistas que han narrado aquella época se sabe que el primer Capitán español que puso el pie en Chongón fue don Juan Enrique de Guzmán, Teniente de Alvarado y Jefe de una columna exploradora.
Estos primeros invasores abandonaron pronto el pueblo para seguir sus correrías y entre tanto se fundó la ciudad de Guayaquil, en 1537, por don Francisco de Orellana.

Dos años después uno de los primeros Corregidores dio una batida a los Chongones y ocupó el pueblo de una manera estable.
Los Chongones fueron adjudicados en encomienda, en 1551, a los Capitanes Baltazar de Nava, Hernando de Arnero y Martín Ramírez de Guzmán, vecinos de Guayaquil.
La orden de los Dominicos mandó a Chongón padres doctrineros para la enseñanza religiosa de los indios y ellos hicieron la iglesia y la estrenaron un día 30 de Noviembre, que es el de San Jerónimo, poniendo al pueblo bajo la advocación de aquel santo.
Dice la tradición que, aún cuando los Chongones fueron dóciles en abrazar la religión que les enseñaron los dominicos y tuvieron un gran respeto a la imagen de San Jerónimo, a quien daban activo culto, jamás olvidaron al ídolo de sus antepasados, representado por un simio encogido, labrado en piedra, del tamaño de un niño, que se ostenta en la plaza del pueblo, donde todavía se conserva, sin que jamás hayan consentido ni los antiguos ni los modernos habitantes en quitarlo del lugar, por mucho que en ello se empeñaron el los tiempos coloniales los Padres Dominicos y en época reciente los fomentadores del Museo Municipal de Guayaquil.
La parroquia de Chongón como queda dicho en otra parte, ha dejado de pertenecer
a Santa Elena y se encuentra hoy incorporada al Cantón de Guayaquil, sin ningún porvenir,
por haber emigrado la mayoría de sus habitantes a otras poblaciones nuevas que ofrecen mayores recursos para la vida.


FUENTE: Historia Documentada Provincia del Guayas. José A. Campos M. 1832.--*Tomo III. Pág. # 1-2-3-4-8-9-32-33


EL PRIMER CABILDO DE DAULE (Pág.53-Tomo III)

Dios patria y libertad.-ACTA.- En el pueblo de Santa Clara de Daule, jurisdicción de la ciudad de Guayaquil, en 26 días del mes de Noviembre de mil ochocientos veinte; el ciudadano Coronel José Garbo y Vuzueta, Comisionado por la Junta Gubernativa de la Provincia para la  instalación del Cabildo Patriótico de este Pueblo, compuesto de dos Alcaldes, cuatro Regidores y un Procurador Síndico. Habiendo el citado Comisionado publicado por bando el 24 del presente la convocatoria de todos los ciudadanos libres para la elección que se iba á hacer del memorado Cabildo y sus Alcaldes, les señaló para la celebridad de este acto la hora de las nueve de la mañana y que se congregasen en la Iglesia nueva, que se halla todavía sin terminar. 1 con efecto, se verificó lo prevenido y juntos dichos ciudadanos, el citado Coronel Comisionado les arengó sobre que recayere su elección libre y espontánea sobre las personas que les acomodase para el buen orden y servicio de la Patria."
"Enseguida les previno que eligiesen un Secretario y dos Escrutadores para llevar la cuenta de votos entre los individuos que habían de ser electos, y lo fueron á pluralidad de votos para Secretario el ciudadano Melchor Alarcón y Guzmán y para Escrutadores los ciudadanos Manuel de Lara y Nicolás Avilés"
"Concluida toda la votación y hecho el escrutinio correspondiente y confrontación salieron electos para Alcaldes el ciudadano Juan de Avilés con ciento y ocho votos; el ciudadano Bartolomé Villamar, con setenta y nueve votos. Para Regidores los ciudadanos Diego Chávez con ciento cinco votos; el ciudadano Pablo Moran, con noventa y nueve votos; el ciudadano Javier Escobar, con noventa y dos votos; el ciudadano Salvador Galarza con ochenta y cinco votos; y para Procurador Síndico, el ciudadano Melchor Alarcón y Guzmán, con ciento cuatro votos."
"I publicada que fue en la Junta esta elección, procedió el citado Coronel Comisionado á tomarles el juramento á los electos, y entregó en este acto el Reglamento remitido por el Gobierno y se les leyó á los nombrados Alcaldes y Regidores."
"Con lo cual se disolvió la Junta. I para que conste lo firmó el ciudadano Coronel Presidente con los Escrutadores y Secretario."
(f).- Jph. Carbo y Vuzueta                                                     (f).- Nicolás de Avilés
(í).- Manuel de Lara                                                                 (f).- Melchor Alarcón y Guzmán
Secretario. (1)

(1) En 1824 el Departamento de Guayaquil fue dividido en dos provincias: Guayaquil y Manabí, distribuyendo los entonces Partidos entre las dos secciones establecidas por la Ley de División Territorial expedida el 25 de junio del año citado. A Guayaquil correspondían los Cantones de Daule, Babahoyo, Baba, Santa Elena y Máchala; y a la de Manabí, los Cantones de Portoviejo, Jipijapa y Montecristi.
Desde 1857 hasta los tiempos contemporáneos fueron creadas varias parroquias en el Cantón Daule, que llegaron hasta S hace algunos años; pero el 19 de septiembre de 1903, se separaron las parroquias de Balzar y Colimes para formar el Cantón Balzar.
Muy interesantes y prolijas noticias sobre las parroquias dauleñas se encuentran en el libro "El Río Daule", publicado por el señor Federico Caicedo en 1921 y en la colección de "El Telégrafo", de 1926, donde publicó el señor Carlos Alberto Flores muy interesante monografías de las diversas secciones del Cantón. Según la Ley de División Territorial el Cantón Daule consta hoy de las siguientes parroquias: Daule, Santa Lucía, Pedro Carbo, Isidro Ayora (antes Soledad). Las ramas (Salitre) y Piedrahita (Nobol). La antigua parroquia de Soledad, por acuerdo No. 319 del 15 de mayo de 1928, que aprobó la Ordenanza del Municipio de Daule, recibió el nombre de Isidro Ayora, en honor del Presidente de la República. La Parroquia de Piedrahita era antes un caserío conocido con el nombre de Nobol. Fue creada la parroquia con el nombre del célebre dauleño don Vicente Piedrahita en 1901. (Notas de 1931).

La parroquia de Santa Lucía es probablemente la más antigua del Partido. Allí moraban en los tiempos anteriores a la conquista, los indios chonanas, tribu que dio el nombre y dejó muchos recuerdos en una de las más importantes propiedades rurales de aquella comarca.
Hay memoria de que fue muy tenaz la resistencia que opusieron los chonanas a la conquista de sus territorios por los españoles en 1535.
Se sabe que cuando agotaron sus fuerzas en la defensa de su suelo, lejos de quedar a la merced del invasor, prefirieron abandonar el campo y establecerse en el paraje que hoy lleva el nombre de Santo Domingo de los Colorados.
La población está levantada, casi en su totalidad, sobre uno de los numerosos cementerios de los chonanas. Se han encontrado en muchas excavaciones rarísimos y valiosos objetos de los aborígenes.
Santa Lucía ha sufrido bastante, tanto en la época colonial, como en la republicana, por los efectos del fuego, que ha sido siempre el azote implacable de todas las poblaciones de la costa ecuatoriana. El año anterior a la independencia de la Provincia, o sea en 1819 hubo un incendio de tal magnitud que el pueblo quedó arrasado, no quedando en pie más que dos casas, de suerte que la cabecera parroquial comenzó a reconstruirse en el propio año de la emancipación. (1)
Respecto a la parroquia de Balzar, los trabajos monográficos más importantes y prolijos que conocemos se deben al Sr. Carlos Alberto Flores y al Sr. Buenaventura Navas V., que escribió y publicó una "Monografía ilustrada del Cantón Balzar" en 1930.
Parece, que según referencias históricas de estos escritores, que la fundación de la parroquia de Balzar data de los primeros tiempos de la República, habiendo sido esta zona, en remotos tiempos, habitada por la tribu de los Peripas, de cuya existencia se encuentran aún muchos vestigios en la parroquia de Colimes. A esta tribu debe su nombre el Río Peripa que es uno de los que bañan aquellas feroces y valiosas tierras.
Casi nada se sabe de los orígenes de la parroquia y no se pueden precisar fechas por haberse quemado en Daule los archivos que hubieran suministrado algunos datos sobre el particular, de modo que sólo existen documentos desde el año 1826.
Entre los más antiguos pobladores de esta comarca figuran los señores José Camba, que adquirió gran extensión de terrenos baldíos en remate público y Nicolás Avilés que compró sus derechos y acciones al anterior.
Habiendo encontrado este último, tenaces resistencias de parte de los moradores del sitio, que no lo querían como propietario y le pusieron pleito por los terrenos, apareció entonces como mediador el señor Amadeo Pareja, ofreciendo comprar las tierras al señor  Avilés para venderlas a los vecinos, tal como lo hizo, adquiriendo las propiedades de San Jacinto de Balzar, parte de la cual vendió al vecindario y otra parte la cedió para el ensanche de la población, por medio de una escritura pública.

(1) La Parroquia de Santa Lucia sigue perteneciendo al Cantón Daule.   Tiene hoy una población de 6.000 habitantes y sus propiedades rurales están avaluadas en S/. 1 '500.000. En la hacienda Chanana, de la jurisdicción de esta parroquia contrajo matrimonio y estableció su residencia el General don Juan lllingworth, que tan notable participación tomó en nuestra independencia. Fue la esposa de este prócer la ilustre dama doña Mercedes Décima Villa.
Este dato y otros varios son tomados de la interesante obra "Apuntes Históricos, Geográficos, Biográficos y Estadísticos del Cantón Daule   por el señor Emiliano Caicedo.

Con este arreglo quedaron todos satisfechos y no hubo más controversias entre los terratenientes y vecinos de las poblaciones balzareñas. (1) (Pág. 56. Tomo III)

En el territorio que hoy forma la parroquia Colimes, quedan todavía muestras de
haber sido densamente poblado por los aborígenes; pues se encuentran objetos de remoto
origen y de notable valor arqueológico, algunos de los cuales, coleccionados por personas distinguidas se encuentran en el Museo Municipal de Guayaquil.
"  Durante la colonia el Rey de España, según documentos históricos, cedió a la
Compañía de Jesús de Quito, en recompensa de sus servicios religiosos, los sitios de
Anasque, Potrerillo, Yunes, Pie de Loma y Loma de Colimes, que comprenden gran parte del perímetro que corresponde hoy a la moderna parroquia.

Los jesuitas vendieron esos terrenos y sus nuevos posesores los dividieron en lotes y transmitieron esas propiedades a otros habitantes de aquella zona, dando lugar a la formación de un pueblo, que fue primero recinto de Santa Lucia hasta el año de 1862, en que fue elevado a la categoría de parroquia con el nombre de Colimes. (2)

(1) La parroquia de Balzar formó parte del Cantón Daule hasta el año de  1903, convirtiéndose en un centro de población tan importante y rico, que los moradores aspiraron a elevar esa sección a la categoría cantonal, mediante activas diligencias ante el Congreso de 1903. Con el objeto enunciado se formó un Comité compuesto por las personas más representativas del lugar, que llevó el nombre de "Comité Pro-Cantonización de Balzar" y el cual trabajó con tanto empeño en la Legislatura que consiguió el 23 de septiembre del año arriba citado el decreto de la Cantonización.
El cantón inauguró sus labores el 1º. de enero de 1904, correspondiendo dentro de sus límites la parroquia de Colimes.
La riqueza de este Cantan consiste principalmente en la agricultura, pues son numerosos, abundantes y variados los productos de esta zona, tales como cacao, café, caucho, algodón, paja toquilla, arroz, frutas de toda clase, maderas de construcción, tabaco, ¡agua, palos de balsa, etc..
El valor de la propiedad rural en el Cantón Balzar está calculado en ocho millones de sucres. La propiedad municipal se estima en S/. 67.183 y las rentas cantonales en S/. 20.651, El magnífico río Daule, constantemente surcado por vapores y embarcaciones de toda clase, sirve de vehículo para las comunicaciones con todos los pueblos situados en sus riberas hasta su confluencia con el Guayas, por donde se llega a la capital de la provincia.
Con obras de vialidad terrestre se trabaja actualmente un camino carretero entre Balzar y la parroquia de Colimes.
(2) Los productos principales de esta importante región agrícola son el cacao, y principalmente el café, cuya
Cosecha se estima en 12.000 quintales al año. Hay muy buenas haciendas y los campos están regados por tos ríos Colimes o Paján y el Daule, cuyas orillas están sembradas de cafetales y naranjos.
La cabecera parroquial es muy poblada y en ella se desarrollan importantes elementos de progreso, tanto en el orden material como en el orden cultural.
La población urbana y rural puede estimarse en 7.000 habitantes.

FUENTE: Historia Documentada Provincia del Guayas. José A. Campos M .-1.932. -Tomo III. Pág. # 53-54-55-56
PARTIDOS  DE PORTOVIEJO  Y  DE  CANOA  (Pág. 69, Tomo III)

PORTOVIEJO.- Arribo de los Caras, en época remota a las costas de Manabí.-Investigaciones del doctor González Suárez.- El cacique Tumbe o Tumba.- Bahía de Carán.- Excursiones de los Caras.- Quitumbe y Otoya.- Notas prehistóricas.- Época colonial.- El camino de Bahía a Quito en el siglo XVIIL- El pueblo de San Antonio fundado en honor del Presidente Antonio Morga.- Trabajos de Fray Diego de Velasco y de don Martín de Fuica.- la fundación de San Gregorio de Portoviejo en 1535 por Francisco Pacheco.- Relación de Cieza de León.- Referencias históricas de Fernando de Montesinos en el siglo XVI.- El Distrito de Portoviejo y sus pueblos de Catarama, Charapotó, San Pablo de Manta (Jocai), Jipijapa y Picoazá, 1741.- Relación del partido de Portoviejo por Alcedo y Herrera.- Invasión del pirata holandés Clerk en 1628.- El famoso Santuario de la Virgen de Monserratte, 1733.- Descripción de Portoviejo por el Marqués de Selva Alegre.- Monografía escrita por el General Zelaya en 1765.- Productos y comercio de Portoviejo.- El puerto de Manta fundado por Pacheco en 1535.- Usos y costumbres de los antiguos mantas.- Sus vestidos, sus joyas y sus armas.- La diosa Umiña y sus milagros curativos.- La reina de las Esmeraldas.-Relación de Cieza de León.- Los navegantes cantan la Salve y las Letanías al acercarse a Manta.- Tradición de la Virgen de Manta que no quiso abandonar el puerto.-Pesquería de perlas.- Datos sobre varias poblaciones del partido de Portoviejo.-Jipijapa saqueada por Alvarado.- Los indios perseguidos como fieras, ahorcados y devorados.- El valor de los tesoros robados en Jipijapa diéronle el nombre de Pueblo del Oro.

CANOA.- Antiguos límites de este partido.- Pueblos de su jurisdicción.- Moderna división territorial.- Censos de la población colonial.- San Andrés de la Canoa.-Acta de su primer cabildo propio.- Referencias históricas del padre Velasco.

PARTIDO DE PORTOVIEJO

El más remoto origen de los pobladores de las tierras que pertenecen hoy al Ecuador ha sido encontrado en Bahía de Caráquez, ciudad que en los tiempos coloniales estaba comprendida en el partido de Portoviejo. Es muy interesante conocer la relación que sobre esta comarca y sus primitivos habitantes hace el doctor Federico González Suárez en su Historia General del Ecuador, después de laboriosas investigaciones, que son las más notables de cuantas se han hecho sobre aquellos tiempos perdidos en la profunda noche del pasado.

Al referirnos en esta parte de la historia de la provincia de Guayaquil al partido de Portoviejo que estuvo adscrito a su jurisdicción, creemos deber comenzar por  la    pre-historia escrita por el sabio autor a quien acabamos de citar  y cuya obra   monumental es la más segura fuente de consulta para los ecuatorianos.
Los Shyris -dice- arribaron a las costas de Manabí hacia el Occidente por mar, embarcados en balsas.
El primer puerto donde se estacionaron fue la hermosa Bahía de Caráquez, y allí construyeron una ciudad a la que del nombre de su propia tribu la denominaron Carán, ellos se apellidaban así mismo.
El lema de los Caras era el de Shyri que quiere decir rey o señor, o el más excelente entre todos.
Según una tradición muy antigua y muy poco conocida, después del diluvio aportaron algunos individuos a la Bahía de Caráquez; no se sabe si llegándose a ella deliberadamente o arrojados contra su voluntad por las fuerzas de las corrientes.
Algunos de los recién venidos se establecieron en el punto Sampú que hoy se llama Santa Elena y el Jefe de ellos era un cacique apellidado Tumbe o Tumba, cuyo gobierno a lo que se dice, hizo prosperar la colonia.
Largo tiempo permanecieron los Caras en la costa; su ciudad creció (Bahía de Carán) en importancia y la población aumentada considerablemente, comenzó a sentirse estrecha en ¡os terrenos marítimos donde estaba establecida y fue necesario buscar sitio más extenso y mejor acondicionado, pues la humedad y el calor hacían malsana la costa y principiaban las enfermedades a causar notables estragos en los habitantes (nos referimos en esto a los pobladores de la costa manabita).
Andando el tiempo, como la colonia (aquí nos referimos a Tumbe o Tumba que se había establecido en Santa Elena), se hubiese aumentado mucho, Tumba creyó oportuno enviar una expedición en busca de nuevas tierras donde poblar, nombró pues un jefe y lo mandó que siguiese rumbo al Sur, con lo cual, la nueva colonia fue a establecerse en tierras del Perú. Mas Tumba murió sin saber nada acerca de ella, porque ninguno volvió a darle noticias a pesar de habérselo encargado mucho, al tiempo de partir.
Tumba dejó dos hijos, el primero Quitumbe y el segundo Otoya, los cuales después de la muerte de su padre disgustaron y se separaron, yendo Quitumbe a establecerse en un punto que llamó Tumbes en honor a la memoria de su padre y contrayendo matrimonio con Lira, una hermosa beldad de la que tuvo un hijo llamado Guananay (golondrina), de quien descendieron luego los llamados Incas del Perú.
Quitumbe vino a pasarse una temporada a la isla de Puna de donde prosiguió al interior de la República, fundando la ciudad de Quito e instituyendo allí su reinado.
También de los Caras (que se establecieron en Manabí) conservan los hijos de Tumba la tradición de antiguos viajeros por mar, pues recordaban que sus antepasados habían arribado a Bahía de Caráquez, navegando en balsas y habían hecho su primera mansión en las costas del Pacífico donde fundaron una ciudad (Bahía de Carán) a la cual del nombre que ellos se daban así mismo, le llamaron Carán. Esto manifiesta que los Caras eran ya un pueblo formado y organizado cuando llegaron a las costas del Ecuador, pues su primera diligencia al pisar la playa a que arribaron, fue fundar una ciudad para residir en ella, gobernada por un rey, por un Shyri o señor de todos. Traían pues, los Caras un culto religioso propio y leyes, usos y costumbres que les eran peculiares.
¿Más, de dónde venían los Caras? Procedían tal vez de Centro América, en cuyos territorios encontramos acumuladas ruinas de ciudades y monumentos misteriosos. ¿Salieron acaso de las islas de Oceanía y navegando hacia el Oriente vinieron a dar en las costas occidentales del Ecuador? Preciso es confesar que ante estos problemas, la historia se ve condenada a guardar profundo silencio, o cuando más a emitir conjeturas más o menos verosímiles.
La cronología de la historia de los Shyris de Quito (hablamos de los Caras que pasaron después al interior de la República, partiendo de Bahía de Carán) y de los Incas del Cuzco es muy indeterminada y según nuestro juicio no tiene cronología ninguna.
¿Cuál es la fecha precisa que pudiera fijarse con toda certidumbre? De qué unidades de tiempo nos valdríamos para calcular y medir la duración de los reinados de cada uno de los reyes de Quito y del Cuzco.
El cómputo de las edades de los Shyris y de los Incas es arbitrario y no puede asegurarse nada con certidumbre ni respecto de los unos ni respecto de los otros.
Se ha fijado el siglo XVII de nuestra era como la época en que se verificó el arribo de los Caras a las costas del Ecuador, pero no hay motivos sólidos y convincentes para que admitamos esa fecha y la fijemos con toda seguridad.
Lo mismo decimos del tiempo que permanecieron los Caras en la costa y de la época en que conquistaron el reino de Quito.
No sabemos nada respecto a la lengua que hablaron los Caras; ignoramos completamente el estado de su cultura intelectual y nos son desconocidos su condición moral y los adelantos que hayan hecho en las artes y en las industrias. Debieron ser navegantes diestros cuando aportaron a las playas ecuatorianas (Manabí) navegando embarcados en balsas formadas de maderas de considerables dimensiones, liados unos a otros por medio de grandes cuerdas y juncos.
Otoya, el otro hijo del cacique Tumba "se dice que fue muerto por los Gigantes que desembarcaron por aquella misma época en las costas de Manta". Como ya hemos dicho, su hermano Quitumbe se internó en Puna al interior y fundó el reino de Quito, según lo afirman muchos historiadores extranjeros, y allí se encontraban en pleno dominio cuando aparecieron los Caras que les armaron guerra y los vencieron. Observará el lector que Caras y Quitos eran una misma familia, puesto que Quitumbe fue hijo de Tumba uno de los caciques que arribaron a Bahía de Carán y que pasó a establecerse en Santa Elena.
Los Caras tomaron pues, la corriente del río Esmeraldas y principiaron a subir aguas arriba en busca de un lugar acomodado donde establecerse, hasta que venciendo dificultades enormes, abriéndose paso al través de los bosques que pueblan las faldas de la cordillera occidental salieron a la altiplanicie de Quito, dándose por satisfechos de sus fatigas al encontrar tierras tan amenas y apacibles.
Hallábase entonces todavía esa comarca habitada por la nación de los Quitos, la más antigua de que se haya conservado noticia en los territorios ecuatorianos (región interior). (Pág. 71, Tomo III)

Los Quitos eran muy atrasados y débiles y formaban un reino al par pequeño y mal organizado por lo que no pudieron oponer resistencia vigorosa a los invasores y fueron fácilmente vencidos y subyugados por ellos. (Pág. 72, Tomo III)
Años más tarde, los descendientes de Guananay o sea los Incas del Perú dirigidos por Huayna Cápac llegaban al interior, declaraban la guerra a los Caras y entraban a reinar diplomáticamente, contrayendo una alianza por medio del matrimonio de Toa, hija del último Shyri que pereció en la batalla de Atuntaqui al luchar contra los incas de Huayna Cápac.
Huayna Cápac para asentar mejor su dominio en la costa (vencidos ya los Caras) recorrió la provincia de Manabí y la de Esmeraldas.
Túpac Yupanqui, padre de Huayna Cápac había hecho antes una expedición a la costa, trasmontando la cordillera occidental de los Andes por Palunlagua, saliendo al río de Baba que desemboca en el de Guayaquil; también había recorrido la Provincia de Manabí desde uno de cuyos cerros elevados (se cree que sea el cerro de Picoazá), se cuenta que conoció el mar y aún se añade que se desembarcó en balsas y arribó a ciertas islas desconocidas.
Se refiere además que en estas islas encontró hombres negros y que trajo de ellas unas píeles de ciertos animales tan grandes como caballos.

Respecto a la fundación del Pueblo de Bahía de Caráquez, el mismo historiador González Suárez habla de un camino que se construyó en el primer tercio del siglo XVII entre aquel puerto y la ciudad de Quito, dando origen a la expresada fundación a la cual se le puso el nombre de San Antonio, en honor al presidente don Antonio Morga.
En el mes de marzo de 1624 estaba ya concluido el camino que se había trabajado entre Bahía de Caráquez y Quito.
Los comerciantes de Quito sufrían indecibles trabajos en sus viajes a Guayaquil, pues cuando principiaba el invierno, las playas se anegaban, siendo casi imposible atravesarlas; el transporte en canoas era demasiado lento y expuesto a muchos desastres; la necesidad de un puerto sobre el mar, que pusiera Quito en comunicación con Panamá, sin rodeos ni dilaciones, era la aspiración incesante de los quiteños. Al fin, Fray Diego de Velasco, religioso mercedario de los pueblos de Pasao y de Coaque, exploró la costa y examinó toda la provincia de Manabí, y de estas observaciones prácticas, dedujo el Padre que, podía hacer un cómodo camino directo, desde Quito a la Bahía de Caráquez, en la cual, había cómodo surgidero para las naves, facilitándose en consecuencia el viaje a Panamá. El religioso le comunicó su proyecto a un vecino de Quito, llamado don Martín de Fuica, y le instruyó prolijamente de todo cuanto era necesario para realizarlo.
Fuica acometió la empresa de abrir el camino; pidió licencia al Virrey del Perú y celebró con el Gobierno un contrato por el cual se comprometió a acabar el camino y fundar una población en la Bahía de Caráquez. En esta obra, experimentó muchos desastres desde el principio. El padre Velasco fue llevado a Lima, como Secretario del Provincial de la Merced, y Fuica cuando todavía no estaba acabado el camino, se ahogó en el río Daule. No obstante, don José de Larrazábal, fiador de Fuica, continuó el camino y tuvo la satisfacción de verlo terminado en marzo de 1624. Fundóse en la Bahía un pueblo con bastantes vecinos españoles y se le puso por nombre San Antonio de Caráquez, deseando honrar la memoria del Presidente, don Antonio de Morga, durante cuyo gobierno se había fundado la población y abierto el camino. Este atravesaba por el camino de los indios Niguas, quienes formaron sus poblaciones en algunos puntos y, hasta el año de 1629 las naves de Panamá llegaban a la bahía, y el camino se hacía desde Quito trajinando con mulas al nuevo camino.

He aquí las jornadas del camino que en tiempos del Presidente Morga se abrió entre Quito y Bahía de Caráquez, las cuales van enumeradas una por una comenzando desde la bahía.
Primera.- De la Bahía al Tambo de las Garrapatas, tres leguas. Buen camino en todo el tiempo del año.
Segunda.- De Garrapata al Tambo de Figueroa, cuatro leguas de camino llano y trajinable en todo tiempo. Junto al tambo había un río pequeño con gramalote y camarones; criaban también pescados a tiempo: hasta allí la tierra era fértil y producía maíz, habas, fréjoles, yuca, camotes, algodón, frutas y legumbres.
Tercera.- De Figueroa al Mosquito: 4 leguas. Camino bueno y trajinable en todos los meses del año. Entre el Tambo de Figueroa y la del Mosquito, a distancia de un cuarto de legua, corren dos ríos: había gramalote, camarones y platanales.
Junto a Mosquito, se pasaba otro río y antes de llegar al tambo, se subía una cuesta de cuatro cuadras: temple muy bueno.
Cuarta.- Del Mosquito a Chone: cuatro leguas del camino trajinable todo el año. El río Chone quedaba a seis leguas de distancia del tambo, con abundancia de gramalote y de plátano.
Quinta.- Del tambo de Chone al de Aguacate; tres leguas. Camino trajinable en todo el año; hasta cinco quebradas había, en las cuales era indispensable levantar puentes y una ligera cuesta sin despeñaderos. El temple bueno.
Sexta.- Del Tambo del Aguacate al río del Pescado: cuatro leguas de buen camino. El río del Pescado es ancho, pero ofrecía buen vado.
Séptima.- Del río del Pescado al de San José: cuatro leguas de camino trajinable con siete quebradas.
Octava.- Del río San José al de Daule: cuatro leguas con 10 quebradas.
Novena.- Del río de Daule al de San-Jacinto: 3 leguas. El tambo quedaba junto al río Picuazá y hay una legua abundante de yerba de nudillo.
Décima.- De San Jacinto a San Miguel junto al río Congoma: 3 leguas.
Décima primera.- De San Miguel a Santo Domingo de los Colorados: 3 leguas.
Décima segunda.- De Santo Domingo a la vega de Allorquín: 2 leguas. El río Allorquín camina hacia la bahía de San Mateo.
Décima tercera.- De Allorquín a Napa: 3 leguas. En medio se pasa un río impetuoso que baja del lado de Sicchos.
Décima cuarta.- De Napa a la vega de Consacoto: 2 leguas y media de cuesta sin despeñaderos.
Décima quinta.- De Cansacoto a Rozan o vega de San Lorenzo: 2 leguas. Entre un tambo y otro estaba el río Blanco, correntoso; este río tenía dos puentes en los dos puntos, por donde era necesario pasarlo.
Décima sexta.- De la vega de San Lorenzo al Pajonal: legua y media de camino de cuesta.
Décima séptima.- De Pajonal a Aloag: otra legua y media de bajada.
Décima octava.- De Aloag a Quito: 4 leguas de camino malo. Tal era el itinerario de camino entre Quito y la Bahía de Caráquez, abierto en tiempo del Presidente Morga.-1624 a 1629. (Decretos originales inéditos sobre este camino en el Archivo de Indias en Sevilla.- Cartas y expedientes de personas seculares. Audiencia de Quito).

Es muy sensible que el doctor González Suárez en su Historia General del Ecuador, atribuya a las gestiones apasionadas del comercio de Guayaquil, a cuyos intereses dice que era perjudicial la existencia del nuevo camino, el abandono de aquella vía importante, pues vinieron órdenes de los Virreyes para que el tráfico comercial se hiciera sólo por Guayaquil, añadiendo en tono de amargo reproche:
"Cálculos de prudencia mal formados é intereses egoístas reprensibles fueron "pues, los que destruyeron los caminos abiertos desde Quito á la Bahía de Caráquez y de "Ibarra á Esmeraldas. Entre las graves dificultades que el Gobierno de la Colonia, no "sólo conservó, sino que estimuló en América, merece enumerar la rivalidad de unas "provincias con otras: una provincia siempre á menester de otra, y ningún pueblo se "basta á sí mismo; por esto yerra miserablemente el que intenta buscar su prosperidad "con el atraso de los demás."
Tan duras expresiones que se dirigen claramente a la provincia del Guayas son notoriamente injustas; pues basta considerar que clase de caminos serían los que se hicieron en la época colonial para comprender que aquellos no fueron más que simples trochas, abiertas en la montaña y destinadas a desaparecer rápidamente bajo la influencia destructora de la estación invernal, como sucede todavía en los modernos tiempos.
Qué elementos ni qué recursos se pudieron aplicar en una época de tanto atraso y de tanta pobreza como la del siglo X Vil para hacer buenos caminos, cuando hoy en pleno siglo XX se hacen esfuerzos considerables y se gastan ingentes sumas de dinero para abrir caminos que no resisten a la acción de las torrenciales lluvias y quedan perdidos o exigen nuevos esfuerzos y nuevos sacrificios de dinero para volverlos transitables, como las llamadas carreteras de verano.
Todavía es un proyecto de muy ardua realización, el de una carretera de Quito a Bahía y causa verdadero asombro el pensar que el sabio historiador González Suárez le haya dado tal importancia al camino de tierra abierto por Fuica en el primer tercio del siglo XVII, que sólo el egoísmo de Guayaquil pudo echarlo a perder por rivalidad regionalísta, cuando era ya activo el tráfico comercial por aquella nueva vía rudimentaria.
Cómo serían los ponderados caminos de la época colonial cuando dos siglos después del caso anterior, el General Mourgeon se aventuró a hacer el viaje de Esmeraldas a Quito, creyendo sin duda que el trayecto era fácil y relativamente corto, a fin de no pasar por Guayaquil, cuando vino de Panamá en 1821, durante la campaña de la Independencia, con el título de Capitán General y Presidente de la Real Audiencia. Tardó un mes en franquear aquel camino, sufriendo horribles maltratos; llegó a Quito molido y se asegura que la causa de su muerte, ocurrida poco tiempo después de haber llegado, fue a consecuencia de una caída en el camino de Esmeraldas.
Tales eran las vías de tráfico comercial que despertaron los celos de Guayaquil, según el doctor González Suárez, para que no le quitaran su importancia comercial, en lo cual es evidente que el dignísimo prelado no pudo despojarse de ciertos prejuicios. Aliquando bonus domitat Homerus!. (Pág. 75, Tomo III)

PORTOVIEJO.- La bibliografía del partido de Portoviejo es abundantísima y bastaría ella sola para formar un grueso volumen. Vamos a entresacar algunas relaciones de cronistas e historiadores coloniales, por orden cronológico, a fin de que se tenga una idea de lo que se escribió en aquella época lejana sobre este partido, que hoy constituye la provincia de Manabí.
Las relaciones a que vamos a referirnos bien podrían ser suprimidas en este libro, después de haber tomado ligeras apuntaciones de su contenido; pero para nosotros que tenemos particular interés en documentar ampliamente la historia de la antigua provincia de Guayaquil, esas relaciones tienen mucho valor histórico y deben ser conocidas literalmente como las fuentes primitivas adonde acuden los escritores modernos en pos de información prolija y seria.

1535.- Comencemos por don Pedro Cieza de León, que relata la fundación de Portoviejo por Francisco Pacheco el 12 de Marzo, día de San Gregorio, en el año de 1535; así como describe algunas costumbres muy originales de los aborígenes:
"Luego que el Adelantado Pedro de Alvarado y el Mariscal don Diego de Almagro se encontraron en los llanos de Riobamba, el Adelantado don Pedro fue para la ciudad de los Reyes, que era donde debía recibir la paga de los cien mil castellanos que se le dieron por la Armada, í del interior, el Mariscal don Diego de Almagro dejó mandado al capitán Sebastián de Benalcázar algunas cosas tocantes á la Provincia y conquista del Quito, y entendió en reformar los pueblos mantinos de la costa, lo cual hizo en San Miguel y en Chimo. Miró lugar provechoso y que tuviese las calidades convenientes para fundar la ciudad de Trujillo, que después pobló el Marqués don Francisco Pizarro."
"En todos estos caminos verdaderamente (según que yo entendí) el Mariscal don Diego de Almagro se mostró diligente capitán; el cual, como llegare á la ciudad de San Miguel y supiese que las naos que venían de Tierra Firme y de las provincias de Nicaragua y de Guatemala y de la Nueva España, llegados á las costas del Perú, saltaban los que venían en ellas en tierra y hacían mucho daño á los naturales de Manta y en los más indios en la costa de Portoviejo, por evitar estos daños, y para que los naturales fuesen mirados y favorecidos, porque supo que había copia de ellos y á dónde se podía fundar una villa ó ciudad, determinó enviar un capitán á lo hacer."
"I así dicen que mandó luego al Capitán Francisco Pacheco que saliese con la gente necesaria para ello; y Francisco Pacheco, haciéndolo así como le fue mandado, se embarcó en un pueblo que ha por nombre Picoazá y en la parte que mejor le pareció, fundó y pobló la ciudad de Portoviejo que entonces se nombró villa."
"Esto fue día de San Gregorio, á 12 de Marzo, año del nacimiento de nuestro Redentor Jesucristo de 1535, y fundóse en nombre del Emperador don Carlos, nuestro Rey y Señor."

"Estando entendido en esta conquista y población el capitán Francisco Pacheco, vino del Quito (donde también andaba por Teniente General de don Francisco Pizarro, el Capitán Sebastián de Benalcázar) Pedro de Fuelles, con una copia de españoles, á poblar­la misma costa del mar del Sur, y hubo entre unos y otros, á lo que cuentan, algunas cosquillas, hasta que ida la nueva al Gobernador don Francisco Pizarro, envió á mandar lo que entendió que convenía más al servicio de Su Majestad y á la buena gobernación y conservación de los indios."
"I así, después de haber el Capitán Francisco Pacheco conquistado las provincias y andado por ellas poco menos tiempo de dos años, pobló la ciudad, como tengo dicho. Habiéndose vuelto el Capitán Pedro de Fuelles á Quito."
"Llamóse al principio la Villa Nueva de Puerto Viejo, la cual está asentada en la mejor y más conveniente de las comarcas, no muy lejos de la mar del Sur."
"En muchos términos de esta ciudad de Puertoviejo hacen, para enterrar á los difuntos, unos hoyos muy hondos, que tienen más trazas de pozos que de sepultura; y cuando quieren meterlos dentro, después de estar bien limpios de la tierra que han cavado, júntase mucha gente de los mismos indios, adonde bailan y cantan y lloran, todo en un tiempo, sin olvidar el beber tañendo sus tambores y otras músicas más bulliciosas que suaves; y hechas estas cosas á uso de sus antepasados, meten al difunto dentro de estas sepulturas tan hondas, con el cual si es señor ó principal, ponen dos ó tres mujeres de las más hermosas y queridas suyas, y otras joyas de las más preciadas y con la comida y cántaro de su vino de maíz lo que  les parece."
"Hecho esto, ponen encima de la sepultura una caña de las gordas que ya he dicho haber en aquellas partes, y como son estas cañas huecas tienen cuidado á su tiempo de echar de ese brebaje, que estos llaman azúa, hecho de maíz ó de otras raíces, porque, engañados del demonio, creen y tienen por opinión (según yo lo entendí de ellos) que el muerto bebe de este vino que por la caña le echan. Esta costumbre de meter consigo los muertos y sus armas en las sepulturas y sus tesoros y mucho mantenimiento, se usaba generalmente en la mayor parte de estas tierras que se han descubierto, y en muchas provincias metían también mujeres vivas y muchachos." (Pág. 76, Tomo III)

1584.- En las "Memorias Históricas y Políticas " de don Fernando de Montesinos hay referencias muy completas de lo que era Portoviejo y su Distrito a mediados del siglo XVI.
"La ciudad de Portoviejo y su Distrito, se llamaba San Gregorio de Puerto Viejo; un río sin nombre propio, pasa pegado á la ciudad y se une á otra corriente que sale del valle de Pípaguasí. Seis leguas de la población, está un puerto que llaman de Manta, lugar en donde el cacique Apechinche, dio en presente gran pedazo de oro en forma de tabla á Francisco Flores Mejía para que mandase á hacer joyas á su mujer."
"La ciudad de Puerto Viejo, afirman haber sido la segunda que se fundó porque la primera fue Piura, por orden del Marqués don Francisco Pizarro, y dicen que se fundó tres veces: la primera, tres leguas río arriba, y la segunda, más abajo de donde ahora se encuentra."
"Sus primeros conquistadores y fundadores fueron Nicolás de Villacorta, Hernando Ago Holguín, Enrique Rodríguez y Cristóbal de Burgos."
"Los pobladores de indios del distrito de Portoviejo eran Catarama, Charapotó, Manta, Jipijapa y Picoazá."
"Los comendadores que existían en tiempo de esta descripción eran: Bartolomé Pérez de Burgos, Juan de Ávila Prieto, Cristóbal Burgos, Ago, Briceño, Francisco Tohaya, María de Figueroa Manjarrés y Leonor de Robles, quienes aseguraban que los indios distinguían los días de la semana con nombres particulares,.y, que al Domingo le llamaban "Tipipichinche"

"El número de indios se hallaban diseminados en Catarama, Conchichingua, Coalle, Pantagua, Chondana, Charapotó, Conchipa, Tosagua, Pasao, Manta, Jaramijó, Levique, Capil, Pipay, Jipijapa la baja, Apelope, Apechigue, Sanchán, La Alta, Pillasagua, Picabauseme, Tohaya, Misbay y Solongo, según tasación que hizo la Audiencia de Quito el 7 de septiembre de 1584. Gobernaba y administraba justicia en Portoviejo, un Teniente puesto por el Gobernador de Guayaquil, dos Alcaldes Ordinarios, dos de la Hermandad, cuatro Regidores y un Alguacil Mayor. Habían dos escribanías, una pública y la otra del Cabildo; la elección de los oficiales de cada año en los pueblos de indios se hacía de la misma manera que la de Portoviejo."

"En esta ciudad, había además, un Tesorero oficial Real y un Juez nombrado por el Virrey; un Maese de Campo, un Capitán y un Sargento Mayor. Tres templos: la Iglesia Parroquial de San Gregorio, la Iglesia y Convento de Nuestra Señora de la Merced y una hermita de San Valerio."
"Los pueblos de su jurisdicción eran: Catarama, junto al río de Portoviejo, a menos de un cuarto de hora de la ciudad; su nombre antiguo fue "Jagua", y su primitivo "Valle". Charapotó antes de la conquista llamado "Japotó".

"San Pablo de Manta llamado por los naturales "Jocay" y por los españoles ''Manta", cuando éstos lo descubrieron, encontraron como cacique a un indio llamado Lligua Tohali, y á sus alrededores se encontraban los pueblos de Jaramijó, Camilloa, Cama y la montaña de Monte Cristo. Picoazá al oriente por donde pasaba un río nacido  de un manantial y distante de Puertoviejo ocho leguas, y Jipijapa cuyo nombre tomó de un antiguo Cacique, fundada tres veces, una de ellas dista tres leguas de Portoviejo. Todos los pueblos hablaban distintas lenguas y eran polígamos por excelencia. Adoraban  á Umiña, á quien erigieron un santuario en Manta". (Pág. 77, Tomo III)

1741.- La siguiente descripción del Partido de Puerto Viejo pertenece a don Dionisio de Alcedo y Herrera y consta en su obra titulada "Compendio Histórico de Guayaquil", publicada en Madrid en 1741 y cuya segunda edición apareció en Guayaquil con un estudio crítico de don Pedro Carbo, en 1879.
"Puerto Viejo es un Partido tan dilatado, que se pudiera hacer de su distrito otra separada Provincia: tiene 24 leguas de longitud y 18 de latitud y confina por la Costa con el Pueblo de Canoa, jurisdicción del Gobierno del Cabo Pasado, que dista catorce leguas, y con las inaccesibles Montañas de Tosagua, cerradas y tupidas de los mejores y más corpulentos árboles de la América. Amarillos, colorados, figueroas, morales, negros y laureles, y éstos últimos, tan grandes como los Palos de María, más ligeros y de la misma fortaleza para arboladuras de navíos, como se reconoció con dos Fragatas, del porte de 28 varas de quilla, que fabricaron dos particulares por los años del 1725 y 1727 en la Bahía de San Antonio de Caracas (que se llama así, por la similitud que tiene con 1 a de la Guayra, á la banda del Norte). Su capital es San Gregorio, que antiguamente fue la 1a. Ciudad de Guayaquil, en la planta que hicieron sus conquistadores á las orillas del mar, cuatro leguas del sitio donde hoy está fundada, y se mudó el año 1628, con el motivo de la invasión del Pirata holandés Jacobo Heremite Clerk, que se refiere en su propio lugar; sus pueblos son Manta, Montecristi, Picoazá, Charapotó, Pichota y Jipijapa, con el numeroso gentío de dos mil indios, quinientos españoles y mil quinientos mestizos, negros, mulatos, zambos, gobernados en lo temporal por un Teniente, y en lo espiritual por dos Curas Beneficiados de la Clerecía, y dos regulares, del Orden de Nuestra Señora de la Merced."

"La cabeza del Partido, por ser ciudad de tan antigua fundación, tiene la distinción de Cuerpo Capitular, que elige anualmente Alcaldes Ordinarios, y los demás oficios del Gobierno Político y Económico de la República."
"Corren por sus llanuras dos caudalosos ríos, que bajan por la montaña, de las mismas cabeceras, que el de Daule, con los nombres de "Grande" y "Chico", fertilizando las espaciosas huertas que tienen uno y otro á lo largo de ambas riberas, de árboles frutales, pies de plátanos, palmas de coco, y plantas de tabaco, el más escogido para el consumo por la ventaja del gusto, que le da la calidad de haber sido la raíz semilla, que se llevó de la Trinidad de Barlovento, yuca, maní y otras propias y particulares frutas del terreno."
"Después de Puerto Viejo es Jipijapa el más señalado en el número de población, y en el exceso de campañas deliciosas y fecundas; y Manta el más aprovechado en concurrencia y comercio, por el orden de la situación de su puerto, y ser el primero y más oportuno, y frecuentado de las embarcaciones que navegan de Tierra Firme, y de los Puertos de Nueva España, para los del Perú é intermedio de los Valles, tomando víveres y haciendo los reparos y ranchos que necesitan para seguir el viaje, y montar la Punta de Santa Elena, Cabo Blanco (y el de Aguja, si no tocan en Paita) y hacer aguada en el pequeño río, que desata el cerro de Montecristi, por el venero de un sitio llamado Tohalla, con olor de almáciga, sabor de lo más delicado y efecto de lo más medicinal."
"En la principal Iglesia del pueblo se venera un devotísimo simulacro de Nuestra Señora, con el título de Monserratte, copia maravillosa, que todos los que la ven con alguna atención, conciben en los corazones tiernos y amorosos, efectos al original, y es común opinión de todos los Curas, de que antes de que se colocase en su Túmulo, se oían voces, y se veían transformaciones de varias fieras, con que se hacía visible, y respondía como oráculo el Demonio, para poseer, engañada la sencillez de los indios; y que desde entonces cesaron aquellas visiones, y se hicieron sus naturales los más dóciles á la instrucción de la Doctrina Cristiana, y los más constantes en la firmeza de los Misterios de la Fe, constituyéndose aquel Santuario, en común asilo de la piedad y de la devoción, donde acuden á pedir favor todos los demás Partidos de la Provincia, y tributan sus votos todos los Navegantes; y no siendo la navegación esférica, sino práctica, llevando siempre la Costa á la vista, luego que el Bajel descubre el pueblo, y el Capitel de la Iglesia, hace el humilde y reverente reconocimiento de rendir el bordo á la playa, arriar las gavias y cantar la Letanía y la Salve, en acción de gracias; y para volver á tomar el rumbo y seguir el camino, se despide y saluda, mezclando entre la ternura y la alegría, las voces del Buen Viaje, con los gritos de la devoción, los clamores del ruego, con los efectos de la confianza y las lágrimas del gozo, con las salvas del cañón."
"Contiene el puerto tres placeres, nombrados Salango, Salanguillo y el Morro, que arrojan á la playa, con el flujo y reflujo del mar, infinidad de caracoles y conchas, de tan diversos colores, que la encubren con la multitud y la alegran con la variedad y antiguamente era pesquería de perlas tan orientales, como las del Río de la Hacha, y de la Margarita; pero la falta de Negros Buzos y el impedimento del Beje Manta, que da su nombre al puerto, han quitado, con muchas desgracias, la conveniencia de esta granjería, porque siendo de la figura de una manta redonda, de tres y cuatro varas de largo, dos de ancho y una cuarta de alto, a modo de un lenguado, es tan antipática del hombre, que luego que se arroja el buzo al agua, le cubría y ceñía sin volver á parecer; siendo muchos los que perecieron llevados de la ambición, á tan costosas experiencias; y muy contados los pocos que se salvaron de tan terrible peligro, con la prevención de un cuchillo de punta de lanza, ancho y con dos cortes, para dividirla y recobrar la vida y la libertad, por la brecha de la herida, que á lo más no les sirvió, para dejar de perecer en los empeños de la codicia."

"Fructifica todos los años, según calculaciones ciertas, ajustadas por el Teniente don Francisco Cassaus Lasso de la Vega, 37.625 pesos: los 15.000 en 70.000 libras de cera de la tierra, al precio de tres reales; 15.000 en 80.000 mazos de Tabaco de hoja, á real y medio; 6.000 en 4.000 libras de Hilo de Pita, torcida, á 12 reales; 1.500 en 4.000 libras de Hilo de Pita, en rama, á tres reales; 125 pesos en 1.000 libras de Zarzaparrilla, á real, sin poder hacer cuenta de otros muchos, que hacen á este Partido uno de los más útiles de la Provincia, como son el provecho de las arribadas de navíos y barcos al Puerto de Manta, fajas, ligas y otras manufacturas de algodón, ajonjolí, maní, lana de ceibo y de quiligua, y cabos y cuerdas de cabuya; estos se fabrican por los indios, de los hilos que cría la penca silvestre del árbol Maguey; los cuales curados al sol, al agua y al aire, los tuercen y hacen de tan dura filástica como el cáñamo, y con el baño de alquitrán acaban todos los cabos de labor necesarios, para la maniobra de cualquier bajel; Amantillos, Apagapenoles, Chafaldetes, Drisas, Escotas, Brazas, Brandales, Obenques, Calabrotes y Cables de todos tamaños, siendo tan abundante el género, que de su misma especie fabrican betas y cordeles para el servicio de los ministerios caseros; tejen Hamacas, que son camas, asientos, descansos portátiles, muy comunes porque en hallando disposición para colgarla de los dos extremos, dejándola proporcionalmente levantada del suelo, forma en medio un columpio cómodo y desahogado para el sueño y el fresco; y también labran de red los que llaman Linches, que en vulgar idioma del país es lo mismo que las alforjas de Castilla, pero con la distinción de ser más capaces para la provisión de un camino."
"La lana de ceibo es la flor del árbol de este nombre, muy blanca, tan suave como seda, y tan esponjosa, que sirve para henchir colchones, sin la incomodidad de que se abrume el mullido, y tan limpia y fuerte, que no la pudre la humedad ni la sequedad la endurece; antes bien, tienen el cuidado de sacarla al sol de cuando en cuando, porque con aquel calor se dilata más y mantiene mayor tiempo la suavidad."

"I la de quirigua sale de los botones redondos (y poco más gruesos que los almendrucos) que cría el árbol de este nombre, de madera tan noble como el Ébano, en cuyos huecos se encierra esta especie de lana, tan fina como la de Vicuña de su mismo color con mayor docilidad tan apretada y con tan dilación, que la que se contiene en el secreto de un solo botón, se extiende por toda la palma de la mano, de cuya materia son las almohadas, colchones de camas, asientos de sillas, canapées y cojines de estrado, de tas personas más acomodadas y uno de los más considerables provechos de este Partido, de que no se pudo hacer cómputo fijo, como de los otros inaveriguables, que tampoco van expresados por mayor." (Pág. 78-79, Tomo III)

1753.- Descripción de Portoviejo por don Juan Pío Montúfar y Frasso, Gobernador/ y Capitán General de la Provincia de Quito, de la Orden de Santiago, Marqués de Selva  Alegre, del Consejo de S. M. y Presidente de la Real Audiencia de Quito.
"La ciudad de San Gregorio de Portoviejo, consta de un vecindario hasta de cien españoles y más de 300 mestizos y otras castas que todos habitan á orillas de su río, y aunque algunos se dedican á la crianza de ganado, los más se ejercitan en la labranza y cultivo de tierras, en las que se siembran pallanes, maní, ajonjolí, maíz y algodón, de que sobradamente se abastecen: hacen con la abundancia, plantíos de tabaco. Esta anual; cosecha con la de los pueblos llega á ocho mil mazos de á cien hojas; tienen allí el' beneficio de la cera de la que logran hasta 7.000 libras, cuyo precio regular es de dos á tres reales. El de la pita que llega á 8.000 libras y el de la cabuya, que se destina á jarcias, tan estimable, que alquitranada se equipara á la de Genique de Realejo; úsase de ella para el aparejo de embarcaciones y en especial para abencaduras y cabos pendientes por resistir más en ellos que en los de labor. De estos ramos como ni los de la zarza que aquellos pueblos producen, puede hacerse cálculo fijo, por ser el consumo á proporción de la urgencia. Todos ellos la tienen en la ciudad de Guayaquil, puerto de Manta, Salango y Machalilla que son intermediarios de la Punta de Santa Elena."
"Los mismos frutos que Portoviejo, á excepción del tabaco, produce el puerto de Montecristi, pero le excede en el comercio que mantiene su puerto con las embarcaciones que en él se anclan á hacer aguada y tomar bastimento." (Pág. 80, Tomo III)

1765.- La interesante monografía escrita por don Juan Antonio Zelaya y Vergara, Gobernador de Guayaquil en 1765, contiene interesantes noticias sobre el Partido de Portoviejo, lo mismo que de todos los pueblos que estuvieron bajo su jurisdicción.
Con respecto al Partido de San Gregorio de Portoviejo, escribe este laborioso funcionario, que es mandado por un Teniente nombrado por el Virrey, dejando entender que en otra época tuvo Cabildo, con privilegio de nombrar ó elegir Alcaldes, Cabildo que fue extinguido por la pobreza de su vecindario y en lo eclesiástico por un Cura y Vicario clérigo. Tiene dos templos: la Iglesia Parroquial, de caña y paja muy indecente y casi arruinada, y la Iglesia de la Merced, enteramente arruinada, en cuyo Convento habita un religioso con el título de Comendador y un lego que le acompaña. Los pueblos de la provincia de Portoviejo son los que a continuación se mencionan:
Pichota.- Con 500 habitantes. Su iglesia de quincha y paja, pobre, y sin Ministro que enseñe su doctrina.
Picoazá.- Con 100 habitantes y 26 indios tributarios. Doctrina de Mercedarios y que por su pobreza se halla agregada al curato de la encomienda de Portoviejo.
San Pablo de Montecristi.- Inmediato al Puerto de Manta, su antigua población quemada dos veces por los piratas, con 600 habitantes entre los que se comprenden 110 indios tributarios, con Iglesia Parroquial de madera y teja y su Cura Vicario clérigo.
Charapotó.- Con 600 habitantes, de los cuales 70 son indios tributarios y el resto de la población lo forman 10 familias españolas. La Iglesia de quincha y paja, y el Cura, el mismo de Montecristi.
Tosagua.- Con 50 habitantes, más algunos indios exentos de tributo. La Iglesia de quincha y paja, sumamente pobre e indecente, antiguamente sometida a la parroquia de Montecristi y separada en la actualidad por el Obispo de Quito por Juan Nieto Polo, a petición de los vecinos de Pichota.
San Lorenzo de Jipijapa.- El mayor pueblo de la provincia, cuenta con 2.000 habitantes, más 430 indios tributarios y con dos iglesias: la Parroquial, de quincha y teja, con su Cura Vicario clérigo, y la de San Sebastián, de paja y caña, pobre y reducida.
La población total de la provincia es de 5.200 individuos, de los cuales 1.000 son españoles y los demás indios, negros y mestizos.
La producción la constituyen 8.000 libras de pita floja, que se venden a un real y un cuartillo cada una; 5.000 de pita torcida, a dos reales; 4.000 mazos de tabaco principal a real; 3.000 de puntilla, aun cuartillo; 800 arrobas de cera de tierra, a dos reales la libra; 25 quintales de zarza de Jipijapa, a tres pesos arroba; 1.800 pesos en huevos, aves, hamacas, cordeles y azúcar, y 500 en ajonjolí, maní, algodón, lana de ceibo y cerdos. (1)

MANTA.- Otra de las poblaciones más antiguas e interesantes de la que es hoy provincia de Manabí, fundada por Francisco Pacheco en 1535, es Manta, cuyas tradiciones a la par que las costumbres de los aborígenes, han dado materia para extensas relaciones a los cronistas e historiadores de la época colonial.
Al sur de los Esmeraldas vivían los mantas, cuyo país arrancaba del N., desde la desembocadura del Chone y acaba al Sur, hasta la isla Salango. Se distinguían por su tatuaje en el rostro, que era una como cinta, que partía de las orejas al mentón. (2)
Hombres y mujeres vestían camisas cortas sin mangas, y mantas de algodón, rara vez de lana. Usaban también narigueras, ajorcas, orejeras y brazaletes y algunas tribus1 se teñían todo el cuerpo en negro, usaban una especie de corona o diadema que los conquistadores llamaron cedacillo, tal vez por la forma de cerco de cedazo, tal como hoy todavía usan los colorados, y de los cuales tenemos ejemplares en nuestro Museo. Unas, serían de cordones de algodón de colores y ensartados con cuentecillas de concha, de oro, perlas, etc., y otras de mimbre, como las que aquí tenemos.
Los jefes y personajes ceñían al talle un cinto de granitos de oro o plata, de un palmo de ancho o más; y algunas mujeres principales también llevaban este distintivo y pulseras y tobilleras.

(1) Portoviejo es hoy la capital de la Provincia de Manabí, que fue creada en 1830 cuando el Ecuador se. Constituyó en república independiente, y es también la cabecera del cantón de Portoviejo, con las siguientes parroquias Ríochico, Picoazá, Abdón Calderón y Colón. (Nota de. 1931)
(2) Dr. Chávez Franco  (Pág. 81, Tomo III).

Eran artistas en tintorerías y orfebres en oro y plata. La más expresiva idea de su industria la da la descripción del cargamento de la balsa que el piloto Bartolomé Ruíz les capturó cuando su primer reconocimiento de nuestra costa por orden de Pizarra, y que procedía de Salango: coronas, cinturones, diademas, brazaletes, armaduras de piernas y corazas, petos, cascabeles, pinzas depiladoras, cintillos de perla, collares, espejos de plata bruñida, tazas y recipientes diversos, frazadas y colchas de lana y algodón, camisas, vestidos de diversas clases, teñidos de colores escarlata, amarillos, carmesíes, azules, etc., con dibujos de aves, peces, árboles, cuadrúpedos; collares de esmeraldas, de calcedonias, cristales de roca, etc.. Alvarado halló también en una ciudad de la provincia de Jipijapa gran acopio de joyas de oro, plata, grandes y bellas esmeraldas, armaduras de oro clavadas con clavijas del mismo metal y unos a modo de morriones adornados con esmeraldas. Igual bailaron en Portoviejo.
Mantenían buenas poblaciones a lo largo costa de buenas construcciones, calles y plazas, y cada agrupación tenía su Jefe cuya autoridad se transmitía a los hijos' directos o a  los de la hermana. Existía la poligamia; pero la virginidad no era apreciada como dote; al contrarío; la novia debía ser desflorada antes del matrimonio por los parientes o amigos del novio.
Eran los mantas extremadamente religiosos, sacerdotes o hechiceros muy temidos eran sus intermediarios para con sus muchas divinidades.
El jefe de la ciudad de Manta custodiaba una esmeralda tan grande como casi un huevo de avestruz y que se heredaba de generación en generación y era muy venerada. Era la diosa de las curaciones. La llamaban Umiña. En cierta época del año se exhibía al público y éste acudía desde lejanos lugares en peregrinación con sus enfermos para ser tocados con ella y curados. Se le ofrendaba oro, plata y esmeraldas pequeñas que eran \sus hijas.
Esas ofrendas pasaban a propiedad del Cacique y a los sacerdotes. La curación se hacía tomando la esmeralda, el sacerdote con su gran respeto, postrado ante ella, cubiertas las manos con un lienzo blanquísimo y la aplicaba a la región enferma del peregrino. El enfermo impedido de ir personalmente podía hacerse representar y el delegado recibía la aposición milagrosa.

La tradición de la esmeralda, adorada en Manta, como diosa Umiña, está confirmada por Cieza de León, quien dedica un interesante capítulo a esa originalísima superstición en las "Crónicas del Perú", según verán nuestros lectores en las páginas que siguen:
"Como antiguamente tuvieron una esmeralda por Dios en que adoraban los indios de Manta."
"En muchas historias que he visto he leído si no me engaño, que en unas provincias adoraban por Dios á la semejanza del toro, en otra á la del gallo, en otra al león y por consiguiente tenían mil supersticiones de esto."
"I en otras partes como iré recontando en esta historia y esta comarca, afirman que el señor de Manta tiene ó tenía una piedra de esmeralda de mucha grandeza y muy rica, la cual tuvieron  y  poseyeron  sus  antecesores por muy venerada y estimada  y reverenciaban como si estuviera en ella encerrada alguna divinidad."
"1 como algún indio ó india estuviese malo, después de haber hecho sus sacrificios, iban á hacer oración á la piedra á la cual afirman que hacían servicios de otras piedras, haciendo entender el sacerdote, que hablaba con el demonio, que vendía la salud mediante aquellas ofrendas; las cuales, después el cacique y otros ministros del demonio, aplicaban así, porque de muchas partes de tierra adentro, venían los que estaban enfermos al pueblo de Manta, á hacer los sacrificios y á ofrecer sus dones. I así me afirmaron algunos españoles de los primeros que descubrieron estos reinos, hallar mucha riqueza en este pueblo de Manta y que siempre dio más que los comarcanos á él, á los que tuvieron por señores o encomenderos."
"Dicen de esta piedra tan grande y rica que jamás han querido decir de ella, aunque han hecho hartas amenazas á los señores y principales, ni aún lo dirán jamás, á lo que se cree, aun los maten á todos; tanto fue la veneración en que la tenían. Ese pueblo de Manta está en la costa y por consiguiente todos los más de la costa de los que no he contado. La tierra adentro hay mayor número de gente y mayores pueblos y difieren en la lengua á los de la costa. Verdad es que el Capitán Olmos dice que tuvo lengua de una mina de esmeraldas riquísima y aún afirman que supo dónde estaba, lo cual yo creo, si así fuera, lo dijera á sus hermanos y á otras personas."
"I cierto, mucho ha sido el número de esmeraldas que se han visto y hallado en esta comarca de Puerto Viejo y son las mejores de todas las Indias, porque aún en el nuevo Reino de Granada haya más, no son tales, ni con mucho se igualan en el valor, las mejores de allá á las comunes de acá."
"Los Caráquez y sus comarcanos es otro linaje de gente y no son labrados, y eran de menos saber que sus vecinos porque eran bebetrias; por causas muy livianas se daban á la guerra unos á otros. En naciendo la criatura le alhajaban la cabeza y después la ponían entre dos tablas, liada de tal manera que cuando era de 4 á 5 años le quedaba ancha ó larga y sin colodrillo; y esto muchos lo hacen y no contentándose con las cabezas que Dios le da, quieren ellos darles el talle que más les agrada y así unos la hacen ancha y otros larga. Decían ellos que ponían de estos talles de cabeza porque serian más sanos y para más trabajo."
"En cuanto á la colectividad de la tribu ó raza de los Shyris ella debe así mismo el nombre de Cara por lo cual las gentes que la componían se conocían en la historia con el apellido de Caras, palabra que, á lo que se pretende, quiere decir hombre ó varones por excelencia."

Fray Reginaldo de Lizárraga, al describir las costumbres de los indios de Manta, relata un caso de susceptibilidad de uno de los aborígenes, que es verdaderamente muy original en aquella gente extraña todavía a los beneficios de la civilización.
Los indios de este pueblo -dice- son grandes marineros y nadadores, tienen balsas de maderas livianas y grandes que sufren vela y remo; los remos son canaletes. Visten algodón, manta y camisetas. Desde este puerto en viendo los navíos que vienen la vuelta de tierra salen con sus balsas, llevan refrescos y venden gallinas, pescado, maíz, tortillas biscochadas, plátanos, camotes y otras cosas. Diré lo que vi porque pasé por donde diré:
"Cuando veníamos navegando cerca del puerto (Manta) llegó una balsa con refrescos: diósele un cabo, traía lo que tengo referido; un criado de unos padres rescatando algunas cosas de estas y no queriendo el indio que era el principal piloto de la balsa (hablan un poco nuestra lengua) cobrar la plata que pedía por el refresco, díjole: "Oh qué pesado eres, no pareces sino judío". En oyendo esto el indio salta del navío en su balsa, larga el cabo y vira la vuelta á tierra; ni por muchas voces que se le dieron para que volviese, no lo quiso hacer, tan grande fue fa afrenta que se le hizo y tanto (o sintió."

Tradición curiosa, como ya queda referida y que citan todos los cronistas, es la de la Virgen de Monserratte. El Dr. Chávez Franco, que ha escrito esa leyenda, en forma humorística, duda que aquella imagen se conserve en Montecristi, como algunos lo aseveran; pues lo que existe en ese lugar es una escultura, en tanto que la tradición popular cuenta que era una pintura de un célebre imaginero español, (i)

JIPIJAPA.- Después de Portoviejo dicen los historiadores coloniales, el pueblo
más señalado en el número de población y en el exceso de campiñas más deliciosas y fecundas, es Jipijapa. (2)
Cuando era comarca todavía habitada por los indios, Alvarado llegó con una flota a las costas de Manabí, desembarcando por Bahía de Caráquez, permaneció cinco meses en aquellas tierras y entre las abominables fechorías que cometió, después de haber sido recibido bondadosamente por los aborígenes, se cuenta el saqueo de Jipijapa, y se llevó tantas riquezas, según la crónica que él mismo dio al teatro de sus depredaciones el nombre de Pueblo del Oro.

"Alvarado pagó la regia hospitalidad que le dieron los indios, persiguiéndoles como fieras, ahorcándolos y haciéndoles devorar de los indios de Guatemala, que se los comían como á cualquier bestia salvaje."

"En Manta, Alvarado tomó una buena partida de naturales, y haciéndoles cargar sus equipajes, los obligó á seguirlo por el camino de Jipijapa. Muchos murieron en el camino, bajo el peso de las cargas. Al Régulo de Manta, lo ahorcó Alvarado en un árbol en el camino á  Paján  bajo la sospecha de que le había mandado á decir á los caciques que  se ocultaran para no sufrir los vejámenes de los expedicionarios. Sabedores de esto, los pobladores de Manta, resolvieron no dejar saltar á ningún blanco que arribara al puerto, y todo el que pretendía hacerlo, moría indefectiblemente antes de pisar la arena. Por esta razón, los navíos de Alvarado que venían atrás de él, no pudieron llegar á Manta sino que siguieron largo á Santa Elena."

"Perdido largo tiempo en el camino de Paján á Daule, Alvarado logró al fin llegar al río Daule, de donde pasó á Guayaquil y después á Riobamba, en donde el Mariscal Almagro puso en libertad á una gran cantidad de indios manabitas, de Manta la mayor parte, para que regresaran á su tierra. Con don Pedro de Alvarado y como piloto vino el célebre navegante Juan Fernández."

(1) En la actualidad, Manta es uno de los cantones de la Provincia de Manabí, erigido por Decreto Legislativo, que fue sancionado el 29 de septiembre de 1922 y comprende las parroquias de Manta y de Turquí. La erección de esta última consta en el Acuerdo del 20 de agosto de 1929, que aprobó la Ordenanza Municipal de Manta, par la que fue elevado a la categoría de parroquia urbana, con el nombre de Tarqui, el antiguo barrio de la Ensenada.
(2) Jipijapa, Cantón de la Provincia de Manabí, comprende hoy las parroquias de Jipijapa, Paján, Pedro Pablo Gómez, Sucre, Machalilla, Bellavista, Guale, Puerto de Cayo, Noboa y López.
La parroquia Noboa fue creada el 4 de Enero de 1922, dándosele esta categoría al antiguo recinto de Guineal; y la de López al caserío de la Ensenada. (Pág. 84-85, tomo III)


PARTIDO DE LA CANOA

Los límites del partido de Canoa comenzaban por el norte en Cojimíes. Seguían bacía el Este llegando muy cerca del río Solano (corregimiento de Latacunga) de donde bajan al Sur, hasta muy cerca del río Platamar, más acá de Chone, abrazando todo el río Chone, casi cerca de lo que ahora se llama Tosagua. Seguía la línea divisoria hasta Caracas y pasando por lo que ahora es San Vicente, iba a rematar en ese mismo lado en el pueblo de la Canoa, en el Cabo Pasado, (1)
Comprendía este Partido, además de la cabecera, los pueblos de Chone, Tosagua y Miscá. La parroquia Miscá es la que lleva en la actualidad el nombre de Junín y pertenece al Cantón Bolívar.
En los tiempos coloniales se hicieron varios censos de la población de este Partido, pero ninguno digno de fe, pues hay enorme desproporción entre unos y otros. El más aproximado según parece, es el que le señala 2.000 habitantes. (2)
El nombre antiguo de esta sección de territorio, que ha logrado alcanzar notable incremento en los tiempos modernos era el de San Andrés de la Canoa y fue uno de los primeros que tuvo Cabildo propio al rayar la aurora de la independencia, pues el curioso investigador don Temistocles Estrada logró descubrir en los archivos la siguiente acta en que consta la organización del régimen municipal y se trata de la elección de Alcaldes, con el regocijo del pueblo.
"En el pueblo de San Andrés de la Canoa, á primero de Enero de 1822, hallándose reunidos en la Casa Consistorial los señores que componen este Ayuntamiento, ciudadanos José Marcos Santos, Alcalde; José Chila, Regidor; y Marcos del Campo, Sindico Procurador, con los padres de familia, cabezas de casa según el reglamento que nos rige, se procedió á la votación para el nombramiento de Alcalde y demás miembros que han de formar el Cuerpo del Cabildo de este presente año, de la que resultó la generalidad de votos para Alcalde á favor del ciudadano José Bernardo Plaza; para Regidores los ciudadanos José María Olives; á quienes posesionó de su empleo previo el juramento de estilo, el ciudadano Marcos Santos, por quien fue presidido este acto, por lo que se dio por concluida la sesión con regocijo del pueblo firmándolo hoy, los señores en cuestión."

(1) Estrada- Relaciones históricas y geográficas de Manabí.
(2) En 1789 escribe el Padre Velasco: Aunque se hicieron en los posteriores tiempos diversas diligencias para formalizar loa pueblos, no quedan al presente, (en la misión de Cara) sino cuatro con los nombres de Canoa, Chone, San Miguel y Tosagua. El de la Canoa es el último marítimo de esta provincia, con pequeño puerto, cómodo y seguro, habitado por pescadores y gente pobre. Los otros tres de tierra adentro tienen también bastante número de indianos, especialmente el de San Miguel, situado hacia el origen del río Daule. Hay, a más de éstos, otro llamado de los Colorados de Santo Domingo que emisarios de los Padres Dominicanos han agregado en él las parcialidades retiradas de los Colorados de Angamarca.

(f).- Marcos Santos (f).- José Bernardo Plaza (f).- José Chila Marcos del Campo (Miguel Canchingre (F).- José María Olives.

Es copia de su original al que me remito.- Manuel Julián Olives. Secretario (f)

FUENTE: Historia Documentada de la Provincia del Guayas. José Antonio Campos Maigón. 1932  -Tomo III - Pág. # 69 al 86. Revisada y corregida  por Arq. Melvin Hoyos Galarza. Director Biblioteca Municipal de Guayaquil 1.999.


TOMO IV - Capítulo IV- (Pág. 57)
      
ORGANIZACIÓN PROVISIONAL DEL GOBIERNO

COMIENZA LA CAMPAÑA SOBRE EL INTERIOR

Convocatoria a una Junta Electoral para organizar un Gobierno legítimo.- El juramento de la Patria.- Solemne Te Deum en la Iglesia Matriz.- Misa en acción de gracias al Todopoderoso y regocijos públicos.- Organización de una Junta de Vigilancia.- Establecimiento de la Primera Junta de Gobierno.- (Escobedo, Jimena y Espantoso).- Curioso documento encontrado en los archivos de Quito sobre la revolución de Guayaquil.- Renuncia el cargo de Jefe Político el señor José Joaquín de Olmedo.-Abusos del Comandante Escobedo.- Carta del señor Olmedo al General San Martín sobre las causales de su separación.- Bando publicado por el Presidente de la Junta.- Preparativos para emprender la campaña al Interior.- Las fuerzas que podía movilizar Guayaquil.- Urdaneta y Cordero salen a campaña.- División Protectora de Quito.- El triunfo de los patriotas en Camino Real.- Abdón Calderón, el futuro héroe de Pichincha, entre los vencedores.- Manifiesto de la Junta de Gobierno a los habitantes de Guayaquil para exaltar su patriotismo por la causa libertadora.- Gran entusiasmo en los pueblos del interior por la campaña patriótica.

Desde el día siguiente de proclamada la independencia de Guayaquil lo primero en que pensó el Ayuntamiento, bajo la inspiración del señor Olmedo, fue en organizar un gobierno legitimo, por el voto popular, a cuyo efecto debería procederse a convocar una Junta representativa de todos los pueblos de la Provincia.
Con este objeto fue celebrada una sesión extraordinaria del Cabildo el día 10 de octubre, presidida por el Jefe Político, señor don José Joaquín Olmedo, en la cual se adoptaron los siguientes acuerdos:
"Que por motivo de haber proclamado esta ciudad su independencia y libertad, el día de ayer, á las nueve de la mañana, han cesado las autoridades constituidas por el gobierno español, y de consiguiente el Ayuntamiento Constitucional, que solo subsiste entretanto se instala un Gobierno legítimo, como elegido por la voluntad de los pueblos. Por tanto, debiendo tomar esta interina Corporación las medidas correspondientes para que se forme, contando con el voto general y uniforme de los pueblos libres de todo el departamento, acuerda lo siguiente:"
1°.- Que se instale en esta ciudad, como cabeza de provincia, una Junta compuesta de los diputados elegidos por cada pueblo, en la forma que se dirá.
2°.- Que la convocatoria se haga inmediatamente para que se tomen con la prontitud posible las providencias concernientes.
3°.- Que todos los Jueces y Cabildos se conservarán entre tanto sean removidos por disposiciones de la Junta.
4°.- Que todo Juez de partido, luego que llegue a sus manos la orden que le comunique el señor Jefe Político interino, convoque en todo el partido a todos los que sean cabezas de familia, para que en el primer día festivo elijan a sus diputados a pluralidad de votos y que nadie sea rechazado.
5°.- Que e] pueblo de Samborondón elija dos; el de Babahoyo dos; Caracol uno; el de Baba con Pimocha cuatro; el de Puebloviejo con las Ventanas dos; el de Palenque uno, el Estero uno; el de Balzar uno; el de Daule cinco; el de Santa Lucia uno; el de Yaguachi dos; el de Balao con la Puna uno; el de Máchala dos; el del Morro dos; el de Chongón uno; el de Colonche uno; el de Chanduy uno; el de la Punta dos; el de Jipijapa cuatro; el de Montecristi dos; el de Charapotó uno; el de Pimocha uno; el de Portoviejo dos; el de la Canoa con Chone uno; la ciudad de Guayaquil diez y seis.
6°.- Que sean admitidos a la elección todos aquellos cabezas de familia (a excepción de los esclavos) que sean vecinos del partido ó que actualmente residan, bajo la inteligencia que todo sujeto de algún carácter que no concurra debe ser notado y tenido por sospechoso en las actuales circunstancias.
7°.- Los diputados se pondrán en marcha para esta ciudad, donde estarán precisamente el día 8 de noviembre entrante, en que se instalará la Junta.
Acordó igualmente que se convoque por bando y oficios particulares a los Maestros Mayores de cada gremio, a los empleados, Corporaciones, Curas y Comunidades religiosas y demás sujetos y moradores de este pueblo para que el día jueves de la presente semana concurran a las nueve de la mañana a las casas consistoriales a prestar con entera y absoluta libertad el juramento que exige la Patria, y que se note al que no concurra, y que después del acto se cante un solemne Te Deum por el Cura Párroco de la Iglesia Matriz.
I asimismo que el día domingo se diga una misa solemne en acción de gracias al Todopoderoso, con repiques generales de campanas é iluminación general en los días sábados y domingos.
Que esta Acta se publique por bando, pasándose copia al señor Jefe Político, para
los efectos convenientes.

El 12 de octubre se volvió a reunir el Cabildo en sesión extraordinaria para nombrar una Junta de Vigilancia, que llevará a cabo algunos de los acuerdos adoptados en la sesión del día 10, como se verá por el siguiente extracto del acta respectiva:
"Por cuanto á las presentes circunstancias convenía el establecimiento de una Junta de Vigilancia, debían proceder al nombramiento de tres individuos de ascendrado y conocido patriotismo, y, en su virtud, hallándose unidos al cuerpo los señores que componen la Junta de Guerra, nombró aquel por su parte á don Juan José Casilari; éstos por la suya á don Luis de Urdaneta, y todos juntos á don José de Antepara, para que procedieran con arreglo al reglamento que se les dará."
"En seguida, se presentaron á estas salas consistoriales las corporaciones, empleados, con los demás vecinos del pueblo, á prestar el juramento de fidelidad á la Patria, que se previno por acta anterior, y, en efecto, lo prestaron todos, y dejándose suspensa la continuación de esta acta, se condujeron á la Iglesia de San Francisco, donde se cantó por el señor Cura Párroco un solemne Te Deum, en acción de gracias al Todopoderoso."
"Concluido este acto religioso, volvieron á las casas consistoriales los mismos señores del Ayuntamiento, y unidos con los de la Junta de Guerra, acordaron que era preciso é indispensable se estableciese una Junta Provisional de Gobierno, compuesta de dos individuos y su presidente que había de ser el señor Comandante Militar y un secretario de debía nombrarse por la misma Junta; y, por tanto, se procedió al nombramiento de los individuos que lo fueron el Dr. Dn. José Vicente Espantoso, por parte del Ayuntamiento, y don Rafael María de Jimena por parte de la Junta de  Guerra.

FUENTE: Historia Documentada de la Provincia del Guayas. Autor: José Antonio Campo M.  1932. -Tomo IV Pág. # 57-58-59.

-Capítulo VI-

PROPAGACIÓN DE LA CAMPAÑA LIBERTADORA.
GRAN MOVIMIENTO POLÍTICO EN NUMEROSOS PUEBLOS

Propagación de la Campaña Libertadora.- Pronunciamiento de Jipijapa (T5 de Octubre).- Pronunciamiento de Portoviejo (18 de Octubre).- Un cura patriota.-Pronunciamiento de Montecristi (23 de Octubre).- Pronunciamiento de Cuenca (3 de Noviembre).- El Alcalde don José María Vázques de Noboa.- Su triunfo sobre la guarnición de la ciudad (4 de Noviembre).- Jura de la Independencia.- Vibrante oficio a la Junta de Gobierno de Guayaquil en demanda de auxilios.- Salen tropas al mando del Capitán Moran.- Movimiento agresivo del Coronel González,- Un fraile aventurero e ignorante.- Combate de Verdeloma.- Fin de la revolución de Cuenca.-Valeroso comportamiento de los cuencanos en Guayaquil.- Pronunciamiento de Riobamba. (11 de Noviembre) Fuga del Corregidor don Martín Chiriboga y León.-Acta de la Independencia riobambeña.- Oficio al Coronel Urdaneta.- Entrada triunfal del Coronel don León de Pebres Cordero.- Desgracia de la Revolución.- Regreso del Corregidor.- Quince días de independencia.- Pronunciamiento de Ambato (12 de Noviembre).- El primer triunfo de los patriotas sobre la guarnición de la plaza.-Ofició a la Junta de Gobierno de Guayaquil.- Pronunciamiento de Alausí (13 de Noviembre).- Acta de su Independencia.

A medida que la transformación política de la Provincia de Guayaquil fue llegando al conocimiento de las numerosas secciones que formaban en aquella época la extensión territorial, los pueblos entusiastas se adherían en seguida a la causa de la independencia, por medio de Pronunciamientos y ofrecían cuanto tenían por cooperar al buen éxito de la campaña libertadora.
No sólo los pueblos comprendidos en los límites de la Provincia, sino también de las provincias del interior, hicieron causa común con Guayaquil y experimentaron animoso o resignados la próspera o adversa fortuna en los combates de nuestros libertadores.
A continuación inseríamos el texto de varios Pronunciamientos para que se vea la fe y el entusiasmo que solía inspirar en todos los centros de población la gloriosa campaña redentora.

(1) Para la Época en que se proclamó la independencia, Jipijapa era una parroquia perteneciente al partido de Portoviejo, el cual correspondía a la provincia de Guayaquil,
(Pág. 73, Tomo IV)

PRONUNCIAMIENTO DE JIPIJAPA
15 de Octubre

El documento histórico referente a Jipijapa, dice:
"Jipijapa, octubre 15 de 1820." (1)

"Señor Jefe Militar de la Provincia de Guayaquil, ciudadano Gregorio Escobedo."
 "Habiendo tenido noticias ciertas en este pueblo, que esa ciudad ha adoptado con el mayor gusto el Gobierno feliz y siempre deseado de la Independencia, merecido este triunfo á las acertadas disposiciones de U. S. nuestro Libertador, no he podido menos que manifestar al pueblo la adhesión publicando el adjunto bando, el que ha sido bien recibido y cumplido por los ciudadanos que lo componen."
"Después de dar á U.S. las bien merecidas gracias y homenaje como Libertador de esta Provincia oprimida por el yugo español, ofrezco mi persona como buen ciudadano para que se me tenga presente en los mayores riesgos y ocasiones en defensa de la patria."
                                                       "Dios y la Patria."      
                                                  (f).-Antonio de Vallejo.
(1)   Para la época en que se proclamó la independencia, Jipijapa era una parroquia perteneciente al partido de Portoviejo, el cual correspondía a la Provincia de Guayaquil.

PRONUNCIAMIENTO DE PORTOVIEJO
18 de Octubre.

Es interesante el documento que sigue por haber sido escrito por un cura, de los muy raros eclesiásticos patriotas que abrazaron con entusiasmo la causa de la independencia, Se distingue también la comunicación que se leerá en seguida por el buen juicio que tan acertadamente se había formado el párroco del señor Olmedo.
"Portoviejo, Octubre 18 de 1820." (1)
"Por noticia extra-oficial hemos sabido en esta ciudad que la capital de Guayaquil, pudo sacudir el yugo del Gobierno español, siguiendo las huellas de aquel los desventurados ciudadanos que sacrificaron sus vidas por darnos los primeros pasos de la independencia, ahora diez años."
"No es difícil conocer cuál será el gozo que un quiteño oprimido que ha padecido por todo este espacio de tiempo, persecuciones, injurias y calumnias de algunos crueles enemigos y bárbaros habitantes de estas montañas, que no han omitido diligencia alguna á fin de perderle, poniendo por baldón principal el ser patriota y amparador de los infelices patriotas que -prófugos y perseguidos- han pasado por aquí."
"Pero, ya gracias á Dios, respira alegre mi afligido corazón, al ver que los prudentes y valerosos guayaquileños, han cumplido su deber, procediendo con tan buena disposición, no sólo en el suave método de quitar las armas y el mando á los tiranos sino también eligiendo á Ud. para que gobierne la provincia, pues nadie negará que su ciencia y virtudes la harán feliz. Ya los hombres podrán llamarse dueños de sus posesiones; ya cada uno poseerá pacíficamente lo que es suyo, el vicio y el engaño serán desterrados y la virtud y el mérito premiados."
"Aquí, entre muchos ciudadanos, hemos publicado hoy el feliz éxito de la empresa, y hemos prometido defender la patria, en unión de esta Capital á costa de cuanto pueda encarecerse. Hallábase de Teniente interino, por ausencia del propietario, don Andrés de Vera, natural y vecino de esta ciudad, hombre sencillo y de buenas intenciones; y yo, procurando la paz universal, como Párroco y Ministro de Cristo, he aconsejado que todos manifiesten alegría y den gracias al Omnipotente Dios por tan grande beneficio; pero que á nadie se perjudique y que continúe mandando dicho Vera, hasta que de esa capital vengan órdenes y arreglo para todo; y que para ésto se le de á U. S. cuenta de lo obrado
"Dios, Nuestro Señor, guarde la importante vida de U. S. por muchos y felices años.- B. L. M. de U. S. su servidor y capellán."
(f).-Manuel Rivadeneira.

(1) Portoviejo era uno de los partidos de la provincia, teniendo bajo su jurisdicción las parroquias de Jipijapa, Pichota, Montecristi, Charapotó, Paján, Cayo y Picoazá. (Pág. 74, Tomo IV)

PRONUNCIAMIENTO DE MONTECRISTI
23 de Octubre

La Junta de Gobierno de Guayaquil recibió con fecha 23 de Octubre el siguiente
oficio sobre la proclamación de la independencia de esa importante sección de la que hoy
es provincia de Manabí. (1)
"Señor Presidente de la Junta de Gobierno de Guayaquil."
"¡Viva la Patria!" "El 23 del corriente, recibí por conducto del ciudadano José Antonio Vallejo, con mandato militar de Portoviejo, la orden de U. S. para proclamar la independencia y el mismo día lo verifiqué con toda la solemnidad posible, habiéndose celebrado al día siguiente una misa de gracia, con la misma solemnidad para celebrar tan plausible día en que, sacudiendo el yugo de la tiranía imperante, empezamos á gozar de la libertad que, bajo la protección y amparo de tan sabios directores, esperamos ver todos completamente lograda."
"La alegría de todos los individuos de este pueblo es inexplicable, pues todo aquel feliz día, el siguiente y sus dos noches, no se oían otras voces que las de ¡Viva la Patria! ¡Viva la Unión! ¡Viva la Libertad!."
"Todo lo que comunico á U. S. para su superior inteligencia y satisfacción. Dios
guarde á U. S. muchos años."
"Montecristi, Octubre 25 de 1820."        
                                       (f).- Francisco Cuadros.

(1) Montecristi era parroquia del Partido de Portoviejo.

FUENTE: Historia Documentada de la Provincia de Guayas. José A. Campos Maigón. 1932. Tomo # IV, Pág., 73-74-75

AUXILIOS  DE  MANABÍ (Pág. 105, Tomo IV)

a las primeras tropas que Bolívar despachó
desde Colombia al tocar en nuestra Costa

"Excmo. señor: Con la mayor complacencia he recibido el oficio de V. E. sobre el empréstito de los caudales pertenecientes á mi parroquia para ayuda de los precisos gastos que tiene que hacer el Gobierno en defensa de la Patria. El señor Vicario de esta ciudad me dirigió otro igual á servir de esto mismo para los demás de esta provincia y cumpliendo con uno y otro encargos be practicado cuanto ha estado de mi parte como lo acredita la cuenta que en copia, de la que remito á los Ministros de Hacienda Pública, acompaño á V. U. Mis iglesias en el día estaban escasas de dinero, porque como el señor Mendiburu ahora dos años me ofició solicitando que le remitiera todos los caudales y lo resistí, he procurado invertirlos en reponer los marcos de plata labrada que los patriotas (así dice textualmente la nota presente) del pailebot "Diamante", saquearon de la de este tros gastos muy considerables antes que por la fuerza y para no fomentar el a la Patria se me exigiesen.  Sinembargo de esta ocasión he colectado todo lo e asciende á dos mil cien pesos. I por cuanto como un ciudadano, interesado mi patria me es como obligación de contribuir con lo que mis fuerzas me, he añadido el corto donativo de 500 pesos estimulando á mis parroquianos a que hagan lo mismo, quejándose de empréstitos que no podían cumplir. A este ejemplo extendí mis exhortaciones; y admiré su adhesión y patriotismo en los voluntarios donativos que los dos pueblos de Charapotó y Manabí han erogado, según lo determina la cuenta dignos éstos de la consideración del Supremo Gobierno á quien recomiendo su mérito quedándome la satisfacción de haber cooperado y á un fin tan decoroso y aunque sea en cortas cantidades que probando sus buenos sentimientos, manifiestan que su  pobreza no les ha brindado más con que satisfagan sus deseos."

El exigirles que llenasen la cuota, designada por el señor Juez de Comercio, casi será imposible; por cuanto ha habido yerro en elegir las personas para el empréstito, respecto una que otra podría haber verificado el entero. I como advirtiese yo, cierta sorpresa y repugnancia para los designados y no faltando en estas ocasiones quien acriminen las buenas intenciones del Gobierno, suponiendo que en tiempo del Rey no habían tenido esta pensión y procurando desalentar á los incautos, con acuerdo de los Cabildos he promovido el medio referido y me ha salido mejor y de más utilidad á la Patria a quien se evita la devolución y el rédito que tendría que satisfacer por tales empréstitos, habiendo quedado complacidos los mismos contribuyentes."

Animados  del mismo celo, he recorrido todos los pueblos de esta provincia (excepto el de la Canoa, porque sé que no hay capacidad ni en su iglesia ni en sus vecinos para la mejor contribución) y no he dejado de exhortarlos á este fin, de que ha resultado que el Comendador de Portoviejo Fray Esteban Mosquera y el cura me entregasen quinientos pesos  por cada uno en clase de empréstito, porque la iglesia parroquial no tiene absolutamente un peso."

El Cabildo de Pichota quería seguir el ejemplo de mis pueblos, pero -ignoro si lo haya verificado-."
De  Jipijapa he sacado todo el dinero que  tenían sus cofradías y en atención á que es justa la deuda de don Francisco Villavicencio ó compuestos según lo acreditan las cuentas que en  copia incluyo á V. S. me parece que ésta es la mejor ocasión, de obligar á su albacea al pago referido de aquellas cantidades que pueden servir útilmente en la ocasión presente."
“Del mismo modo he procurado auxiliar á las tropas que en tres trozos y en número de 230 hombres han llegado á Charapotó y á este pueblo. De mi parte, he dado 16 reses para su mantención, y he influido en las gentes, la buena voluntad con que se han prestado para  el mismo fin."
“Los 104 que han pasado en estos 19 días estaban casi desnudos y estos pueblos sin ropas de la tierra por cuya causa me he visto bastante estrechado (entiéndase apurado), Sin embargo  conseguí doscientas varas de lienzo blanco para camisas que he mandado á hacer  y 12 cobijones de jerga porque no ha habido más."
"He notado en estas tropas que van pasando el mayor arreglo y moralidad, su estado en estos pueblos no ha dado la menor queja y todos estos vecinos han quedado gustosos, sin embargo de que, según sabe V. S. es pesado el tránsito de tropas por cualquier pueblo."
"Ya han pasado por Charapotó y éste, 230 hombres y están al llegar por tierra oíros más hasta el número de 500 según me lo escribe el Comandante Illingworth, desde Tumaco, con fecha 19 del próximo pasado. Yo haré cuanto pueda en obsequio de estos beneméritos militares; y sólo siento que mis facultades no correspondan al amor á mi Patria."

"Son igualmente dignos de recomendación los Alcaldes de los citados dos pueblos
por su exactitud y patriotismo conque en esta ocasión han acreditado, valiéndose de los
medios posibles, á fin de cumplir con sus encargos y evitar el perjuicio de los mismos
pueblos, todo lo que me ha parecido conveniente poner en noticia de V. S. esperando su aprobación"
"Nuestro Señor guarde á Ud. muchos años."
"Montecristi, Mayo 22 de 1821."  
(f).-Cayetano Ramírez Fita.
"Excmo. Señor don José de Olmedo."
(Pág. 106.-107, Tomo IV)

Razón de los caudales que el Cura de Montecristi Dr. Cayetano Ramírez y Fita, Encargado del Excmo., Gobierno y Vicaría de Guayaquil ha colectado en las cofradías y otras personas de la Provincia de Portoviejo, y remite en esta ocasión con el Regidor de este Cabildo don Ignacio Santana, á los S. S. Ministros del Erario Público.

Empréstitos
Portoviejo.-                        El Padre Comendador de la Merced por su
                                    Iglesia....................................................................................                S.        500.-
id.                               El Cura Dr. Manuel Rivadeneira..........................................            "         500.-
Jipijapa.-                   La iglesia de Jipijapa....................................................               "    3.046.-
Montecristi.-              La iglesia de Montecristi...................................................               “    2.100.-  
Charapotó.-              Doña Josefa Santos      ...................................................          “       100.-
id.                                Luciano Valencia.................................................................                 “        50.-
                                                           Total de Empréstitos...................................      S.  6.296.-
                                                                                                                                   Donativos
El Cura de Montecristi........................................................................                        S.      500.-
El Cabildo de Montecristi.............................................................................                           "    1.050.-
El Cabildo de Charapotó..............................................................................                              "     750.-
                                         Total de Donativos........................................      S.      2.300.-

NOTA.- Que los cien pesos de don Pedro Otoya van en esta cuenta en clase de empréstito,
porque no se sabe todavía su voluntad.
Total de Empréstitos y Donativos...........................................................                      S. 8.697,00

Jipijapa, Mayo 22 de 1821.
(f).- Cayetano Ramírez y Fita.

Jipijapa, á las ocho de la noche de la fecha, acabo de recibir carta de don Pedro Otoya, por la que me avisa que los cien pesos de la cuenta van en clase de donativos, por lo que agregada á las cuentas de dichos Donativos, ascienden á la del margen y se rebajan del Empréstito....................................................................................                                          S. 2.400.-

(f).- Ramírez.

FUENTE: Historia Documentada de la Provincia del Guayas. José A. Campos M. 1932 – Tomo  IV Pág. # 105-106-107-108

NOTA:
Este es un extracto tomado de entre la colección de   5 tomos de la obra “Historia Documentada de la Provincia del Guayas”. 1930. Autor, José Antonio Campos Maigón (1868-1939).  Revisada y corregida por Arq. Melvin Hoyos Galarza, Imprenta GRAFIMPAC S.A. Primera Edición 1999, Guayaquil.

Consideré importante recabar estos datos históricos,  constituyen un aporte muy valioso y servirán de soporte para marcar una pauta y motivación a personas de amplia vocación cívica e interesadas en la investigación, continúen complementando y actualizando  la historia de San Juan Bautista de  Paján.
    
  COMPILADOR:   Lcdo. Hugo Sánchez Villamar                           Paján - Manabí
                                                          

                                  







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